II. Describe de forma puntual las conductas ejercidas por los peruanos y peruanas durante el desarrollo de la votación en los diferentes espacios públicos (tomando como dato las noticias, vivencias de los padres o familiares, amistades, vecinos, etc. Durante el proceso electoral): URGENTEEEEEEEEEEEEEE , BUENAS RESPUESTAS PORFIS , LO NESESITO YAAAAAAA
Respuestas
Sistemas electorales
Esta área temática incluye los siguientes capítulos:
Criterios para el diseño
El proceso de cambio
Componentes del diseño
Los sistemas electorales y sus consecuencias
Sistemas electorales, marcos institucionales y gobernabilidad
Implicaciones presupuestales y administrativas de los sistemas electorales
Consejos para diseñadores de sistemas electorales
Índice de Sistemas electorales
Prueba tus conocimientos sobre sistemas electorales
El área temática sobre Sistemas electorales se concentra en el diseño, mecanismos y efectos de los diferentes sistemas electorales a nivel nacional, local y supranacional. Se identifican, clasifican y describen 12 sistemas electorales distintos, y se examinan tanto su relación con el marco institucional como su impacto en cuestiones administrativas. Se le dedica especial atención al tema de la reforma de los sistemas electorales. Además, se abordan asuntos relacionados con las regulaciones y prácticas sobre instrumentos de democracia directa.
Para mayor información en la materia, diríjase a Panorama general.
Panorama general de Sistemas electorales
Con el término “sistemas electorales” nos referimos al repertorio muy específico de normas y procedimientos que se usan en una elección para decidir cómo se elige a quienes han de ocupar los cargos de elección popular en disputa.
Las elecciones se pueden diferenciar desde dos distintas perspectivas: una primera es la que se refiere a los diferentes niveles de gobierno en que se divide un país (nacional, estatal o local). En ellos se eligen autoridades diversas bajo sistemas distintos, que al considerar dos elementos adicionales, la naturaleza del Estado (unitario o federal) y del sistema legislativo (unicameral o bicameral), aumentan el número de variantes. Una segunda diferenciación esencial es la que tiene que ver con el hecho de que los cargos en disputa sean unipersonales o pluripersonales.
Esta diferenciación es indispensable para analizar el funcionamiento y el desempeño de los sistemas de gobierno en donde la conjunción entre los efectos producidos por las elecciones presidenciales y legislativas tiene una importancia crucial. Desgraciadamente, tiende a ser minimizada al punto de que la definición más empleada de sistema electoral sea la más elemental, la de convertir votos en escaños.
Sobre esta base, el repertorio de sistemas para integrar un cargo unipersonal es limitado y sólo puede producir un ganador entre los diversos contendientes, o dos en ciertos casos, cuando a la par del presidente se elige un vicepresidente, una sola fórmula ganadora.
Cuando la elección entraña la conformación o renovación de un órgano colegiado, el repertorio de opciones es más amplio, y su integración se puede guiar por distintos objetivos políticos, que no necesariamente se pueden conciliar en la práctica. Por una parte, garantizar una mayor proporcionalidad; por otra, procurar que el partido con el mayor número de votos sea recompensado con los escaños necesarios para obtener una mayoría parlamentaria que le permita gobernar sin que le resulte imperativo algún tipo de acuerdo o respaldo del resto de las fuerzas políticas (opositoras).
Estos dos objetivos son los que más han captado los imaginarios académico, político y público, y guiado los debates e iniciativas en la materia, pero no son los únicos que se han tratado de impulsar o asegurar en el diseño y operación de los sistemas electorales. Mientras que el objetivo de confeccionar un sistema electoral que arroje resultados más o menos proporcionales no comporta una tarea tan compleja, producir un gobierno de mayoría puede plantear serios desafíos que podrían terminar por imponerle serias restricciones al logro del objetivo deseado, no por la falta de instrumental normativo o procedimental, sino porque su concreción puede exigir complicados arreglos políticos.
El proceso de diseño y evaluación de los sistemas electorales para integrar órganos colegiados no sólo queda abierto a un abanico más amplio de posibilidades, sino que, además, dispone de un instrumental mayor y de más variantes que pueden hacer más complejos su arreglo y su operación.