Hoy recibí una cartica tuya. En ella dices que te explicas mi silencio por mi ocupación. A estas horas creo
que habrás mudado de parecer, si has sabido algo de Colombia (creo que lo hayas sabido, pues en estos días
oí emisoras de todas partes del mundo y siempre las noticias se encabezaban con el asesinato de -el caudillo
Jorge Eliécer- Gaitán y la revolución colombiana). Tu carta no tiene fecha, pero en el sobre me parece que
dice abril 9.
Ese fue el día fatal en que se inició la hora más trágica de nuestra historia (fíjate: tu carta, puesta el 9,
la recibí hoy 18 -a pesar de ser domingo repartieron correo-, o sea con una demora de 9 días, cuando lo
normal es 3). No sé si recibirías la última carta que te mandé -no recuerdo cuándo-, en que incluía dos
retratos, uno de Washington y otro de Miami. Si no la recibiste, quiere decir que se quemó en el incendio
de la Avianca, el 9 de abril, aunque creo que la mandé antes.
No te había escrito por obvios motivos -¡Nunca por exceso de trabajo!- debidos a las circunstancias. Como
ya debes saber, el viernes 9 estalló la revuelta por el asesinato de Gaitán. Las turbas incendiaron El Siglo,
la gobernación, el Palacio de San Carlos, los ministerios de Gobierno, Educación y Justicia, la Prefectura
de Seguridad, el Palacio de Justicia, Cromos, el edificio Cárdenas (calle 12), la Avianca (no totalmente), el
Palacio Arzobispal, la Nunciatura Apostólica y la carrera 7a., con poquísimas excepciones, desde la plaza
de Bolívar hasta la calle 19.
El hotel Granada se salvó porque los huéspedes montaron guardia y lo defendieron a tiros, durante
toda la noche del 9 al 10. Del Regina no quedó ni el recuerdo. Al Capitolio le rompieron los salones, pero
no lo quemaron.
Bavaria se salvó porque la defendieron sus empleados. Al Palace le destruyeron y saquearon 20 locales en
Bogotá. En fin, no continúo esta horrible enumeración, porque no hay necesidad. Como comprendes, el
caos reinó en Bogotá. El pillaje duró 20 horas, hasta que el Gobierno sacó el Ejército, que impuso el
orden, efectiva aunque tardíamente. Por todas partes se oían tiros y hoy se cuenta un saldo mayor de
mil muertos en solo Bogotá.
Todos esto lo sabrás con detalle por un mamotreto de 20 páginas -mi diario- que te mandaré mañana o
pasado mañana. En él registré todas mis aventuras e impresiones desde el viernes a las 8 a.m. hasta mi
regreso de Sasaima -el domingo, en plena batalla, me fui con papá y Albrecht para allá, y las aventuras de
ese viaje son una novela-. Ese tal diario me lo está traduciendo al inglés una traductora de la IX Conferencia
(Panamericana), y lo pienso mandar a The Saturday Evening Post. En él discrimino lo que yo creo causas y
antecedentes de la tragedia y esbozo algo sobre los personajes.
Escribir ese diario fue mi principal actividad en la paradisíaca Sasaima, cuya tranquilidad -dicho sea de
paso- me iba rompiendo los nervios.
Apenas llegué (el jueves) te mandé un cable tranquilizador. Solo ese día se abrieron Marconi y All America,
y solo ayer empezó a funcionar otra vez el correo aéreo. He tenido los nervios en tensión y esa es una
explicación para que no te hubiera mandado carta ayer. Hoy estuve tratando de llamarte, pero fue imposible:
la línea estaba congestionadísima.
¿ Que importancia tiene esta cronica para la actualidad social y política?
ayuda es pa hoy
Respuestas
Respuesta dada por:
0
Respuesta:
perdón enserio yo soy muy lista pero no se ve bien
Preguntas similares
hace 3 años
hace 5 años
hace 7 años