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La pandemia de coronavirus (COVID-19) ha alterado la vida familiar en todo el mundo. Cierres de escuelas, trabajo remoto, distanciamiento físico: es mucho para todos, pero especialmente para los padres.
Nunca niños y adultos habían pasado tan poco tiempo en casa. Sin embargo, un virus aún más frenético que nuestra sociedad nos obliga a parar en seco. Y a convivir a tiempo completo –y como mínimo, durante dos semanas-, poniendo a millones de familias en una situación difícil de gestionar. Ello también se muestra como una oportunidad para poder convivir y mejorar aspectos psico-emocionales familiares, dándonos una oportunidad de sobresalir de cualquier obstáculo.
Finalmente, todos aprendizajes o lecciones que nos deja y seguirá dejando el covid-19 acerca de la familia no deben de quedar como simples lecciones de una sola vez, sino estas deberían de ser practicadas. Para así poder construir una mejor sociedad, el covid-19 realmente podría ser una oportunidad para poder cambiar muchas cosas, valorar los esfuerzos de muchas personas, y sobre todo demostrar que unidos somos más fuertes.