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Uno de los filósofos más lúcidos del siglo XX es sin duda el español Fernando Savater de quien hay que rescatar su pensamiento en materia política a la luz de la situación que desde hace varios años vivimos en México y cuyos problemas de corrupción y violencia se han agudizado en los últimos meses. Nacido en San Sebastián (España) en 1947, Savater afirma que el humanismo parece estar en desuso, en retroceso y que ya no está de moda, aunque intenta buscar el porqué y el “hacia dónde de las cosas”, ahora que la técnica y la ciencia ocupan todo el espacio de las preocupaciones humanas.
“En 500 años todos los instrumentos que hoy nos apasionan como los smartphone, probablemente sean vistos como hoy nosotros vemos los juegos de pelota de la prehistoria”, sentencia el escritor y novelista.
“Las páginas de reflexión sobre la vida, sobre los sentimientos, sobre la poesía y la literatura, ésas siguen siendo posibles perlas, y es necesario que defendamos el humanismo porque eso es lo que va a quedar. La ciencia seguirá evolucionando, va a pasar, incluso en algunos siglos con un poco de condescendencia humorística, pero en cambio la reflexión y el pensamiento seguirán vigentes”.
Cuando se trata de definir la participación de los ciudadanos en la vida pública Savater señala que “esa idea de que los políticos son sectarios, olvida que los políticos somos nosotros, y que los políticos que hay ahora en ejercicio son nuestros mandados, y que si son malos, manipuladores y corruptos, nosotros tampoco quedamos en buen lugar y permitimos que manden; no nos ofrecemos como alternativa para sustituirles”.
Y es que en temas de “ciudadanización” de la política México es muy joven a pesar de que a mediados de los 90 se permitió por primera vez que el órgano encargado de las elecciones se integrara por académicos e intelectuales para quitarle el control de la organización electoral a la Secretaría de Gobernación, “apéndice” del partido que gobernaba al país, el PRI.
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1.“¡La política es una vergüenza, una inmoralidad! ¡Los políticos no tienen ética!” Seguro que
has oído repetir cosas así un millón de veces: ¿qué se les podría responder, según Savater, a
los que se expresan así? ¿Por qué?
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