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Respuesta:
El presente estudio requiere de un esfuerzo conceptual aplicado, tanto en lo que se refiere a la "salvación" cuanto a la "mediación", ya que esos conceptos constituyen el objeto primordial de la Declaración Conjunta sobre la Justificación (=DCJ), firmada el 31 de agosto de 1999 en Augsburgo (1). Esta Declaración es, como las grandes Confesiones de fe en la Biblia, una solemne expresión de gratitud a Dios por el difícil e intenso diálogo ecuménico llevado a cabo durante más de treinta años, tal como proclama solemnemente (2): "las Iglesias luteranas y la Católica romana se encuentran en posición de articular algunos elementos de coincidencia acerca de nuestra justificación por la gracia de Dios, mediante la fe en Cristo" (3), aunque están conscientes de que persisten importantes diferencias (4).
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