Respuestas
Explicación:
Hasta hace sólo unas décadas, migrar fuera del país implicaba una ruptura
casi definitiva con el hogar y la vida que uno dejaba atrás. Exiliados, migran-
tes y refugiados alimentaban su nostalgia con cartas llenas de noticias viejas,
llamadas telefónicas caras y telegráficas, así como encuentros efímeros con
imágenes de su tierra recogidas por la televisión. Hoy, sin embargo, para un
campesino migrante, desplazado en cualquier gran ciudad del Primer Mun-
do, resulta relativamente económico hacer una llamada telefónica a su pue-
blo perdido en las montañas de un país del Tercer Mundo, donde, con se-
guridad, casi no habrá líneas telefónicas regulares, pero sí muchos teléfonos
celulares.
Según su nivel de manejo de computadoras, un migrante puede mante-
ner una relación prácticamente en “tiempo real” con familiares y amigos en
sus países de origen, a través del correo electrónico, mensajes instantáneos y
video conferencias. Asimismo, quienes han emigrado pueden permanecer
actualizados en las noticias locales gracias a los sitios web que periódicos, ra-
dios y estaciones de televisión de sus países han establecido en la red.