Respuestas
En una sociedad como la de hoy en la que casi todo se ha de medir con el rasero de la utilidad inmediata o del valor comercial, la biodiversidad no es una excepción.
Realmente, es difícil hacer una aproximación cuantitativa al valor de la biodiversidad, sencillamente porque sin ella la vida humana no sería posible y no podemos determinar qué grado en su deterioro nos lleva a una situación irremediable.
Lo que EHRLICH ha denominado “los servicios ecológicos de la biodiversidad” es, quizás, la mejor aproximación al valor de ésta para la humanidad. Estos servicios incluyen aspectos tan evidentes y básicos como el de la fotosíntesis, la formación y el mantenimiento de los suelos, los mecanismos naturales de reciclado y mineralización.
Así mismo la estabilización climática y el mantenimiento de la composición gaseosa de la atmósfera son procesos (o servicios) dependientes de la biodiversidad.
Todos ellos son servicios indispensables para la vida humana ligados a la actividad de los seres vivos.
Pero la valoración escasamente inteligente de que hace gala la economía ortodoxa, ignorando sistemáticamente aquello que no entra fácilmente en los mecanismos de evaluación monetaria, ha hecho que la biodiversidad sea clara y absurdamente menospreciada por la economía en su atribución de valores sobre los que asentar decisiones.
Y el problema esta en que todo el mecanismo de toma de decisiones de las modernas sociedades dominantes se asienta sobre esa valoración que realiza la economía.
Ésta es la principal causa de que la biodiversidad se encuentre hoy entre los motivos básicos de alarma ambiental por su progresivo deterioro.
Siendo así dentro de la economía, la biodiversidad posee un valor económico elevadísimo.