Respuestas
Respuesta:
La primera pregunta es imposible de obviar,
¿Qué hacemos con un país cuyos cuatro últimos presidentes afrontan serias acusaciones
de corrupción, ya sea ellos personalmente o sus
gabinetes?
Es una pregunta que se oye desde hace al menos
dos décadas, desde que la corrupción está en el
centro de la atención. Veinte años de leyes, normas, zares, comisiones de alto nivel y no pasa nada.
Esto, evidentemente, no solo pasa acá. ¿Por qué no
pasa nada después de tanto esfuerzo? Eso es algo
que, a mi juicio, todavía no ha sido investigado a
profundidad. ¿Por qué todas las medidas y reformas no dan resultados? Y no estamos hablando solo
de Perú. Para mí, esto empieza por conocer y entender mejor el fenómeno. Tengo la impresión de que
muchas de las medidas están diseñadas en el aire,
de forma políticamente correcta, pero no muy realistas en la evaluación del fenómeno.
En tu libro Romper la mano2 hablas de la necesidad de un abordaje cultural al problema de
la corrupción, ¿a qué te refieres al decir que
corrupción es un problema cultural?
Ese libro ya tiene casi diez años, no sé si hoy
volvería a usar esos términos. Lo que quería decir
es que la corrupción cotidiana, la que fue el tema
que estudié, está insertada en un contexto específico. No es lo mismo una coima de 20 millones para un
mandatario que el favor que te hace el funcionario
municipal porque resulta ser tu cuñado. En ese caso,
el de la pequeña corrupción, se trata de un fenómeno que está inserto en un contexto social que
es, muchas veces, más fuerte que la normatividad,
pues es muy difícil que el sujeto se niegue a
conceder o retribuir favores porque existen obligaciones recíprocas que son tan o más importantes
que la misión profesional. De esta manera, la corrupción debe ser vista también como parte del
contexto socio-cultural en el que está inserta, y eso
es algo que la normatividad diseñada para combatir
este problema muchas veces no toma en consideración.
En ese libro, precisamente, te enfocas en la corrupción cotidiana y no tanto en la gran corrupción que llena las planas de los periódicos.
¿Se trata de dos fenómenos diferentes o de dos
caras de una misma moneda?
Depende de cómo lo veas. Y es que no existe una
definición consensuada de la corrupción. Muchos
estudios, planes y propuestas sobre el tema empiezan con una definición para dejar claro qué se
entiende por corrupción. Aquella que propuso el
Banco Mundial es «el abuso de un cargo público para el beneficio privado», y si lo ves así, efectivamente,
la pequeña y la gran corrupción son parte del
mismo fenómeno pero a diferentes niveles. Sin
embargo, si se quiere luchar contra la corrupción a escala «Odebrecht», necesitas otras medidas
que poco o nada tienen que ver con combatir la
corrupción cotidiana expresada en el «sencillo» que
reciben algunos policías para no poner papeletas.
En ese sentido, depende de si te concentras en
las coincidencias definitorias del fenómeno o en las
grandes diferencias de escala.
Explicación:
Respuesta:
poniendo castigos a todos los corruptos que se descubra y quitándole su puesto de alcalde o de lo que sea
Explicación:
:3 ojala te ayude