Respuestas
Nostalgia ermitaña
¡Qué esperas, corazón, si nadie espera!
Tú sabes que el recuerdo desespera.
¿Que devuelva el pasado los amores?
Si el pecho está vacío de deudores;
y los latidos, corazón, en flores
marchitadas, se quejan de dolores.
No esperes, corazón, del ido tiempo
vacilante el latido de mi tempo.
¡Qué profundo el dolor! Y nos vulnera
como pronta saeta de estertores.
¡No esperes, corazón, en mi destiempo!
No esperes, que esperando es el lamento,
el eco confinado de un tormento.
Duérmete, corazón, en el arrullo.
Duerme la noche mientras yo le aúllo
al astro solitario que yo intuyo
versó en tu soledad, fatal murmullo.
Y late en los otoños las delicias
como la hoja que tiembla las caricias.
Y si dormir no puedes, de momento,
versa las primaveras y el barullo
que en los ojos extraños tú codicias.