Respuestas
Explicación:
uando termine de peinarme y di la vuelta para asistir a la cita con la más hermosa mujer que había conocido en los últimos años, una voz a mis espaldas me detuvo: _ No te apresures demasiado, podrías decepcionarte._ Por un momento pensé que había tenido una alucinación e intenté reinicie la marcha, pero nuevamente la voz me detuvo: _ No confíes tanto en tu apariencia, se más cauteloso. No podía creerlo, era mi imagen en el espejo, es decir Yo. No sabía que hacer, me sentía aturdido. Intente probarla con un leve movimiento de cabeza, pero no resultó. Permanecía ante Mí, con una sonrisita de sabiduría y un gesto de frescura que yo mismo desconocía. ¡ ¿Qué es esto!? ¿De qué se trata?. Le dije por fin, sin poder evitar el nerviosismo. SOY tu mismo, tu conciencia; solo trato de advertirte que tengas cuidado, que pienses mejor las cosas. Tu aspecto físico no es lo más importante. Irritado por su impertinencia y descontrolado a la vez, le grite que se dejara de tonterías, que quien quiera que fuera no se inmiscuyera en mi vida privada. Pero cuando quise dar vuelta para marcharse, la imagen se desvaneció y quedé ante la transparente nitidez del espejo. Salí corriendo un poco asustado a mi encuentro con la hermosa Helen. La verdad todo aquello había sido como una de las pesadillas que quince minutos, veinte, media hora, pero no llegó. Fui a la recepción y la pregunte: _ Ella salió hace un buen rato_ me dijo el empleado-. Vino a recogerla un hombre muy elegante en un lujoso automóvil. Quedé anonadado. No podía creerlo. Era suficiente, no necesitaba más explicaciones. La bella mujer que había conocido en el aeropuerto la noche de mi llegada a Madrid me había despreciado. “ Debí imaginarlo”, pensé arrepentido. Yo asistía a un congreso de ingeniería organizado por Ministerio de comunicaciones de España. Iba en representación de mi compañía con sede en Lima.
Mi proyecto había sido de gran reconocimiento y me habían invitado para que lo expusiera ante representantes de diferentes compañías de Iberoamérica. Creí haberla sorprendido cuando en un café del aeropuerto le comente toda mi trayectoria: mis especializaciones en Harvard, mis obras realizadas en Perú, Venezuela y Colombia; mi cátedra en la Universidad y mi elogiado proyecto que presentaría en este congreso. Luego supe, en la primera conferencia realizada en el centro de convenciones, que el hombre por el cual me había cambiado era nadie menos que un importantísimo empresario Norteamericano, dueño de varias multinacionales. Antes de regresar a mi hotel, entre a un bar para apaciguar con unos tragos mi decepción. Unas horas después, cuando regrese a mi habitación, tambaleante, ocurrió el segundo encuentro.
Explicación:
esa ayúdame enl las preguntas