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Respuesta:
había una vez una chica muy bonita que le gustaba leer mucho siempre tenia un vestido blanco y un libro se metía en una pequeña cueva y leía horas
Explicación: espero aver ayudado
Sabrina estaba recostada en sus propios delirios, alejándose de toda sociedad y sumergiéndose en todo lo que encontrara compuesto por hojas de papel finas, los libros por supuesto. El interés que ella mostraba en leer estas historias era enorme, que el mundo exterior desaparecía de sus pupilas mientras que solo se concentraban en lo que los parágrafos la transportaban.
Sucedió que, en una oportunidad, dejó literalmente de comer, para seguir leyendo estas historias que parecían no tener fin. Su problema había comenzado. O mejor dicho, ni siquiera sabía que era un problema pero estaba iniciando uno.
Las criaturas que la rodeaban parecían insistirle en permanecer en ese nuevo mundo. Neutral, ella aceptó... No pasaba por su cabeza cuanta odisea le seguía por delante.
Los espíritus la llamaban y rodeaban sobre su cabeza como coronas celestiales que salvaguardaban su camino. Veía que inmensas bestia solo la olfateaban al paso, pero ningún daño. Y ella, totalmente en silencio, aunque sorprendida de lo que esos libros contenían.
Hasta que se escuchó un toc toc cavernoso, pero tan realista, seguido de una voz similar a la de una figura materna preocupada, que decía. Hija, es la hora del almuerzo.