Respuestas
Respuesta:
La Argentina fue, durante la mayor parte del siglo XX, uno de los países socialmente más armónicos de América Latina, con el índice de analfabetismo más bajo de la región, una poderosa clase media, la mayoría de su población concentrada en las ciudades, una notable excelencia educativa y, hasta 1976, una participación de los trabajadores en el Producto Bruto Interno (PBI) que superaba el 45%. Sin embargo, el país ingresó al siglo XXI en medio de una crisis sin precedentes en su historia: la mitad de su población sumida en la pobreza, con una participación de los trabajadores en el PBI del 21,5%, con 4 millones de indigentes, con su sistema de partidos en crisis, una deuda externa cercana a los US$ 200.000 millones y con la declaración del default (moratoria) más grande de la historia contemporánea en Occidente.
La línea divisoria entre esas dos realidades puede ser fijada en 1976, cuando el país entró en un cono de sombras que se fue profundizando.
El 24 de marzo de 1976, los comandantes de las tres armas, Jorge Rafael Videla, Emilio Massera y Orlando Agosti (Junta Militar), a través de un golpe de Estado cívico militar derrocaron en la madrugada de ese día al Gobierno constitucional de María Estela Martínez de Perón, quien había asumido la presidencia tras la muerte del General Juan Domingo Perón, el primero de julio de 1974.
El estallido del modelo económico impuesto a sangre y fuego por la dictadura de 1976 y continuado por los gobiernos democráticos que la sucedieron se produjo en diciembre de 2001. Hubo una rebelión, sobre todo de la clase media urbana, y la represión dejó un saldo luctuoso de muertos y cientos de heridos. Una palabra recorrió el mundo para nombrar a la Argentina: “corralito”, que definía la confiscación de más de US$ 45.000 millones de los ahorros de todos los argentinos, especialmente de esa clase media que expresó su furia durante meses en cientos de “cacerolazos”.
En 2002, la Argentina tuvo cinco presidentes en una semana y declaró el default más grande de la historia del capitalismo moderno. La devaluación del peso en un 300% significó el paso que faltaba a la pobreza y a la indigencia de millones de habitantes. Los beneficiarios de la devaluación fueron los grandes exportadores agropecuarios. Desde esa crisis, la sociedad civil quedó fragmentada y sin alternativas políticas. Después de las elecciones de abril de 2003, con la llegada al gobierno de Néstor Carlos Kirchner y la salida del default, la crisis política encontró un cauce en el marco de la democracia, pero con desafíos cuyas claves anidan en la historia de los últimos cincuenta años del siglo XX.