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6 pasos para solucionar problemas económicos
Antes de comenzar a ahondar en estos seis pasos me gustaría decir que creo que los problemas no existen.
En la mayoría de ocasiones simplemente es incompetencia propia o, visto de otro modo, una oportunidad de crecer personalmente.
Dicho esto, este proceso sobre cómo solucionar problemas económicos te ayuda a salir de los problemas convirtiéndote en una mejor versión de ti mismo.
Paso 1 Define bien el problema
Suele ocurrir, muy a menudo, que no sabemos muy bien qué queremos solucionar.
Tener más dinero, ahorrar más, tengo muchas deudas…
Como ves son divagaciones que no apuntan ni señalan cuál es el problema real al que uno se enfrenta.
Puede que tengas un problema con la deuda, por ejemplo, pero no sepas bien ni entiendas qué son las deudas.
Por tanto, lo primero que hay que hacer es definir bien el problema con pelos y señales.
Cuanto más específico mejor.
Solo con este ejercicio vas a tomar una mejor perspectiva y soluciones varios problemas solo por pensar en ellos.
No es porque fuesen problemas, sino porque te das cuenta de que en realidad no existían.
Algo que te va a ayudar a definir de forma precisa tus problemas económicos es llevar un control de tus finanzas, que puedes hacerlo con la plantilla Excel que te regalo.
Paso 2 Lluvia de soluciones
Una vez que hayas identificado el problema hazte la siguiente pregunta: ¿de qué modo puedo solucionarlo?
Apunta cualquier solución que se te venga a la cabeza, bien sea grande o pequeña o más o menos ortodoxa.
Este artículo te cuenta 7 estrategias para sacar el máximo potencial al brainstorming, así podrás llegar más lejos.
No te cortes y apunta, cualquier pequeña idea puede generar un gran impacto.
Paso 3 Haz una lista con tus recursos
Como te decía, los problemas no existen, sino que muestran un área en tu vida en la que tienes que crecer, que aprender algo.
En el paso 2 has hecho un listado con las soluciones posibles.
Ahora queda ver con cuáles recursos cuentas tú como persona para ver qué alternativas puedes llevar a cabo o no.
Ten en cuenta que la mayoría de problemas de dinero no se solucionan con dinero, sino con ingenio, aunque si ya sabes cómo administrar el dinero es una gran ventaja.
Puede que no tengas dinero, pero sí cuentes con tiempo, con contactos o con una gran imaginación.
Quizás puedas tirar de ingenio, de pasión, de ganas de aprender y de salir y mejorar tu situación.
¿Qué es todo con lo que cuentas?
Paso 4 Evalúa los pros y contras de cada solución y ordénalas
Teniendo en la mano las soluciones y los recursos, evalúa los pros y los contras de cada una de ellas.
De este modo, podrás ver si es factible o no llevar a cabo esa solución.
También te darás cuenta que otras no estarán a tu alcance, por lo que las tienes que descartar.
Una vez tengas las elegidas, ordénalas por el impacto que vayan a generar.
No siempre las soluciones más aparatosas generan un mayor impacto.
A través de este enlace vas a descubrir los 3 pilares que necesitas para transformar tus finanzas en 100 días.
Hazte la siguiente pregunta para ordenarlas:
¿Qué es lo único que tengo que hacer que si lo hiciese dejaría sin efecto una o más soluciones?
Sigue así ordenando las soluciones hasta que termines el listado.
Paso 5 Elige la primera solución y planifica
La solución es la estrategia, qué es lo que vas a hacer, y ya lo has elegido en el paso anterior.
Ahora queda pasar al plano práctico, es decir, a la táctica.
Al cómo se va a hacer lo que tienes que hacer.
Lo que tienes que hacer es coger la estrategia, la solución que has elegido y dividirla en pasos.
Cuantos más pasos mejor.
Eso te va a dar la sensación de que vas avanzando y vas consiguiendo pequeñas metas.
También te sirve para no bloquearte.
En ocasiones, al ver objetivos muy grandes nos bloqueamos, pero si divides la solución en tareas pequeñas, todo va más suave, no tienes tantos bloqueos.
La cuestión aquí es hacer algo, ya que la acción nos lleva a más acción y a conseguir resultados reales.
Paso 6 Revisa el resultado
Lo más seguro es que te enfrentes a ese problema por primera vez y apliques la misma solución.
Por tanto, es muy probable que no se resuelva a la primera como esperabas.
Este paso es muy importante, porque te permite seguir avanzando, y para ello tienes que ver si se ha solucionado tu problema con la solución que has puesto en marcha.
Las expectativas rara vez se cumplen, por ello tienes que hacerte estas tres preguntas para seguir avanzando:
¿Qué ha funcionado?
¿Qué no ha funcionado?
¿Cómo se puede mejorar?
Lo que importa es que sea un proceso de mejora constante.
Al final es tu proceso de crecimiento el que te permite solucionar los problemas.