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Algunos medicamentos para tratar el síndrome de piernas inquietas tienen como efecto secundario la ludopatía. Los agentes dopaminérgicos que tratan una variedad de condiciones, incluyendo el síndrome de piernas inquietas, pueden hacer que las personas se conviertan en adictos al juego. Los médicos no siempre advierten a los pacientes sobre este efecto secundario potencial, y los pacientes y sus familias no lo asocian con el tratamiento farmacológico.
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