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Con el postulado de Hobbes de que el hombre es un lobo para el hombre, el considerado “estado de naturaleza” que era increíblemente violento, llevó a que se considerara una figura, el Leviatán, para que controlara las relaciones entre los hombres y evitara la violencia entre ellos.
Thomas Hobbes justifica al Estado Absoluto a través de una idea del contrato o pacto social, que se desarrolla por los hombres como garantía de seguridad individual y a manera de poner fin a los conflictos que, por naturaleza (estado de naturaleza) generan los intereses individuales. Así las pasiones naturales del hombre encuentran oposición en las leyes morales, siendo a su vez leyes naturales. La violencia juega un papel importante al ser el determinante de que exista una fuerza mayor que regule el comportamiento del hombre en sociedad, el cual al ser un lobo para sí mismo, le es difícil la convivencia pacífica sin un poder coercitivo.
Hobbes estableció la contraposición de los deseos del hombre, libertad y dominio sobre otros, que era la auto imposición de los límites de la sociedad como un instrumento para su propia preservación y para obtener una vida más tranquila; esto lograba deshacerse de la condición de constante guerra, que es natural a las pasiones del hombre cuando no hay poder visible que las limite y se controla por el miedo al castigo a aquellos que las lleven a cabo.
Asimismo, la violencia como concepto comienza evolucionar y pasa de la concepción hobbesiana de freno al comportamiento violento del hombre al “monopolio de la violencia legítima” de Max Weber. En este caso la violencia es una característica del Estado, que la obtiene a través de un proceso de reivindicación para legitimar su uso por parte del Estado, con el objetivo de mantener la coerción que permita el desarrollo pleno de las funciones del ente estadal. Para Weber las formas de violencia deben sustentarse en las relaciones existentes de poder social, y deben suprimirse las formas de violencia que amenazan con perturbar a las mismas, de manera que el ejercicio pleno del poder pueda llevarse a cabo de manera eficiente y eficaz.
Finalmente, podemos observar en función de estos dos teóricos que la violencia es legítima y utilizada para explicar el surgimiento del Estado debido al poder que tiene de introducir orden en sociedades que lo necesiten, ya sea por su “naturaleza” violenta o porque el uso de la fuerza permite el desempeño del poder.