Presentación del tema
durante los años anteriores, han analizado y aprendido los sucesos de la Edad Moderna y todas sus características políticas (monarquías absolutas, etc), económicas (expansión del mercantilismo e inicios del capitalismo), socio-culturales (fortalecimiento de la burguesía como clase social y política agente de cambios, reformas religiosas, etc);
los grandes cambios de la modernidad, y particularmente, la BURGUESÍA y su talante radicalizador, que marcaron el origen de las transformaciones que pusieron fin a esa época (Modernidad) y el inicio revolucionario (Independencia de las Trece Colonias de América -hoy Estados Unidos- el 4 de julio de 1776, y la Revolución Francesa del 14 de julio de 1789) de la Edad Contemporánea, en el marco de las ideas de la Ilustración (Siglo de las Luces).
Es necesario analizar, en primer lugar, definir y caracterizar a la CONTEMPORANEIDAD, no sólo como época de la periodización universal, sino también, como categoría de análisis.
¿Qué significa una categoría de análisis?
Que sus cambios son tan importantes, las transformaciones son tan tajantes, los sujetos se ven tan involucrados, las fuentes de estudio son tan diversas, que los historiadores y demás científicos sociales, debieron armar nuevas estrategias de estudio para analizar y entender la complejidad de la época.
Recuerden que la contemporaneidad es la edad en que estamos viviendo, en 4 año, continuamos su estudio y avanzaremos hasta mediados del siglo XX; sin embargo, vamos a introducirnos en el tema viendo, de manera sintética, los principales sucesos hasta el año 1991 (fecha en que fue derribado el muro de Berlín, emblema de las diferencias entre el capitalismo y socialismo, ideologías que tuvieron su origen en el inicio de la edad contemporánea)
El término y la conceptulización misma, la categoría pensada y construida, de una historia contemporánea fue producto de las convulsiones revolucionarias que se sucedieron en el paso del siglo XVIII al XIX.
Por contemporáneo se entendió entonces una especie nueva de tiempo histórico, una categoría propia para identificar precisamente una sucesión, antes desconocida, de acontecimientos inauditos, y, en fin, una experiencia peculiar de la historicidad. A partir de los componentes inéditos que introduce la Revolución en la conciencia europea, la contemporaneidad se convirtió en una acepción aplicada a la experiencia temporal en un doble sentido: por una parte, como contenido de conciencia, y, aunque más tardíamente, también como determinación precisa para un cierto tipo de historiografía.
El tiempo de las revoluciones de fines del siglo XVIII fue percibido por los coetáneos como «otra historia», o como una historia nueva. La contemporaneidad se asimilaba al luminoso proceso que rompería definitivamente las cadenas que aherrojaban la posibilidad de progreso, en el que se creía firmemente desde un siglo antes, progreso que derribaría las monarquías absolutas y que anunciaba una era de libertad.
3. Sintetizar, en dos oraciones breves, las ideas centrales expresadas en el texto.
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