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Sociedad maya estaba organizada en algo parecido a una monarquía feudal, en el que un solo gobernante, o k'uhul Ajaw, autoridad suprema comandos sobre un reino del territorio y de sus subordinados. Como en la mayoría de los clásicos monarquías, este rey fue elegido por herencia. Sociedad maya fue organizado de forma jerárquica, con los gobernantes, súbditos y esclavos. La autoridad central del gobierno provino del tributo de las diversas comunidades políticas.
Religión y GobiernoEl gobernante supremo del imperio maya fue también el alto funcionario del aparato religioso, realizando todas las funciones del sumo sacerdote. El más famoso de estos derechos, incluido presidir los rituales de sacrificios humanos, que coincidió con los acontecimientos importantes del ciclo del calendario. Religión maya era una práctica politeísta y multifacético que se ha incorporado en todos los aspectos de la civilización.
Estado CiudadEl sujeto político típico del imperio maya fue la ciudad-estado, siempre un centro urbano caracterizado por enormes stoneworks de los sitios importantes, rodeado de aldeas rurales, la agricultura de plantación, la minería, la pesca y la administración de las distintas tierras de roads.The Maya se dejó gobernantes hereditarios o Ajaw y sus familias reales.
El soberano, Huey Tlatoani ( El que tiene el don de la palabra) era un autócrata, educado dentro de estricto rigor militar y religioso, venerado casi como una divinidad, pero no lo era por la “gracia de Dios”, sino por elección.
Por medio de una hábil política de alianzas, los aztecas lograron emparentarse con las casas gobernantes establecidas en la cuenca del Altiplano y crearon en esta forma una especie de aristocracia militar.
*Los pipiltin (nobles) no gozaban automáticamente de los privilegios esenciales. Para conquistar posiciones de prestigio y de poder, en la administración o él ejercito, tenían que mostrar méritos o distinguirse en los combates, igual que un macehual (plebeyo). El imperio Azteca era en realidad una confederación de las ciudades de Tenochtitlan, Texcoco y Tacuba, en la cual los aztecas obtuvieron poco a poco el predominio sobre los acolhuas y los tepanecas. Las ciudades conquistadas por esta alianza procuraban que una de sus princesas casara con alguno de los conquistadores. De está manera hubo una numerosa descendencia noble, que llego a desempeñar casi todos los puestos públicos y funciones en la corte.
*El poder estuvo asimismo vinculado a la genealogía. Solo los descendientes de la casa gobernante azteca/tolteca podían ser a su vez soberanos. Antes de Itzcóatl el poder se transmitía de padres a hijos. Su propio nombramiento rompió la regla, y en adelante los soberanos fueron electos por los mismos aztecas y sus aliados, pero siempre entre los miembros de la familia, siendo electores parientes y gobernantes de poblaciones aliadas.
*Debido al complicado sistema religioso azteca había dos sacerdotes principales de Huitzilopochtli (dios del sol y de la guerra) y de Tláloc (dios de la lluvia, la agricultura y la fertilidad), respectivamente.
*En él ejercito había 4 jefes, siendo dos los principales: el tlacatecuhtli (señor de los hombres), o general en jefe y el tlacochacálcatl (jefe de la casa de las lanzas, o del arsenal), de rango apenas inferior u por regla general, pertenecientes a la dinastía.
El Imperio Incaico necesitó de un gobierno organizado y eficiente para administrar vastos territorios. El poder se centralizó en el inca o sapa inca (emperador), a quien se le otorgó un origen divino.
El inca era el soberano del Tahuantinsuyo (del quechua tawantin suyu o ‘las cuatro regiones o divisiones’) y residía en Cusco, la capital del imperio y centro administrativo y político.
Desde ahí, el inca contaba con la colaboración de otros funcionarios distribuidos en el territorio imperial.
El Consejo Imperial asesoraba al inca y estaba integrado por ocho personas: los gobernadores de los cuatro suyos (suyuyuq), el príncipe heredero (auqui), el sumo sacerdote (willaq uma), un amauta (hamawt’a) y el general del ejército imperial (apuskipay).
El auqui, elegido entre los hijos del inca como su sucesor por su valentía e inteligencia, era educado para gobernar por los amautas (maestros) más destacados.
Los apunchic o cápac apo eran los gobernadores regionales nombrados entre los guerreros más destacados y gozaban de atribuciones políticas y militares. Estaban sujetos a la vigilancia de los tucuy ricuy, quienes ‘todo lo ven y lo oyen’ en el imperio.
Los tucuy ricuy viajaban a las diferentes regiones para ver cómo se aplicaban las leyes y las órdenes de los incas. Viajaban de incógnitos y solo se identificaban de ser necesario, como para visitar instalaciones oficiales. También recababan tributos.