Respuestas
Bueno, en la luna, si se fijan, hay una serie de manchas, esas manchas se conocen como “mares”. Eso no significa que te puedas echar un baño, es solo un nombre. Se han formado por la constante colisión de objetos en el espacio.
Hace siglos, todo esto no se sabia, y en distintas tierras habían diferentes leyendas de como la luna obtuvo esas manchas. Aquí les cuento una leyenda de la India, donde en vez de ver un hombre en la luna, ellos vieron un conejo.
La liebre se llama Hare de nuestro cuento era una gran alma disfrazada: él no era nada menos que aquel que algún día iba a renacer como el Buda. Viviendo en el bosque con sus amigos, Mono, Chacal y Nutria, Hare tenía conocimiento de su vida en el futuro, ya que viva y practicaba la buena conducta, espíritu de sacrificio y todo tipo de justicia. No comía en días de ayuno, ni si quiera hierba.
Bueno, un día Mono estaba fuera subiéndose a arboles en busca de mangos, Nutria estaba pescando y Chacal buscaba carne, Hare estaba en ayuno. Se puso a pensar “bueno, si un mendigo llega, sin duda debe ser alimentado y no despreciado; esa es la regla y hoy, si un mendigo viene, no le podre dar hierba y no tengo otra cosa, ¿entonces que hare? Sacrificare mi cuerpo para él.
Como habran leído en otros cuentos, cuando un voto maravilloso como ésta se escucha en la tierra, se eleva a los cielos y al rey de los dioses se le calienta el trono. Su trono se hace muy caluroso e incómodo simbolizando que hay alguien mas venerable que el Rey. Así que ahora, el rey de los dioses, Indra, después de haber conocido lo que hare se había comprometido a hacer, decidió ponerlo a prueba. Indra bajo a la tierra y tomó la forma de un mendigo. Primero fue a la nutria y pidió comida. Nutria le ofreció un pescado fresco. A continuación vio a Chacal, que acababa de encontrar un poco de carne y le ofreció eso. Por supuesto, cuando llegó a Monkey, un mango se llevó con él. El rey se negó a todos, y dijo que volvería al día siguiente.
Entonces él se acercó a Hare, que, sin pensarlo le dijo al mendigo para juntar algo de leña y encender un fuego, y le prometió que pronto tendría una comida deliciosa y recién cocinada. Esto fue lo que hizo el “mendigo”. Tan pronto como el fuego se convirtió en brasas, movido por la compasión por el hambre del mendigo, hare, se lanzó al fuego. Por extraño que parezca, el fuego no le quemo – era tan frío como el aire por encima de las nubes. Hare se quedó atónito, y miró, cuestionando, en el mendigo. “¿Qué significa esto?” , exclamó. Su invitado se reveló entonces, era Indra, que había venido del cielo para poner a prueba su sinceridad y la virtud de su voto.
“Usted ha perdido el tiempo”, dijo Hare, “daría mi cuerpo para la necesidad de cualquier criatura que me lo pida.” Entonces el rey de los dioses respondió: “Ese espíritu de sacrificio como el suyo no se encuentra en cualquier lugar, la gente debe recordar este gesto hasta el final del tiempo, y para ello sacaré tu perfil en la luna, para que nadie se olvide. Y así lo hizo.