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Respuesta:
En diferente medida, los ecosistemas están expuestos a los efectos del clima
cambiante. Aunque los impactos del cambio climático pueden ser difíciles de
detectar, pues a menudo se combinan con los efectos de otras actividades, como
los cambios en el uso de la tierra, el reporte “La perspectiva mundial sobre la
biodiversidad biológica” más reciente (Secretaría del Convenio sobre Diversidad
Biológica 2010) identifica el cambio climático como uno de los principales factores
responsables por la pérdida actual de biodiversidad. Algunos aspectos de la
pérdida de biodiversidad debido a, por ejemplo, la deforestación y la desecación de
pantanos, potenciarán aun más el cambio climático al liberar carbono almacenado
durante siglos.
El cambio climático afecta a los diferentes ecosistemas de manera también
diferente, dependiendo de la complejidad y características originales del sistema, de
la ubicación geográfica y de la presencia de factores que puedan regular la magnitud
de los cambios. Se cree que los ecosistemas degradados son menos resilientes
al cambio climático que los ecosistemas intactos y saludables. Los incrementos
registrados en la temperatura media anual ya están afectando a muchos ecosistemas;
de hecho, ya se cuenta con estudios científicos que predicen cambios futuros
de mayor amplitud. Los mayores índices de calentamiento se han presentado
en latitudes altas –en la península Antártica y en el Ártico donde se registra una
reducción constante en la extensión, edad y espesor del hielo, a una velocidad sin
precedentes y que excede las predicciones científicas más recientes (Secretaría del
Convenio sobre Diversidad Biológica 2010).
El incremento de la temperatura afecta a los sistemas físicos, de forma tal que se
derriten los hielos, se reducen los mantos de nieve e influye en los sistemas biológicos
a través de una serie de presiones directas e indirectas. Los sistemas físicos incluyen
las nieves eternas, los glaciares y el permafrost. El aumento de la temperatura
puede provocar un desbalance dramático del sistema físico que causaría pérdidas
irreversibles. El ciclo del agua y los sistemas hidrológicos también son afectados por
las temperaturas cambiantes; efectos que a menudo se evidencian en los ríos que se
secan o en las inundaciones causadas por el incremento de la escorrentía. En áreas
semidesérticas, la disponibilidad de agua cada vez menor ya está afectando a la fauna
silvestre, que empieza a competir con los animales domésticos por el recurso en
puntos cada vez más escasos (de Leew FU BM 2001). La reducción en la productividad
de las plantas como consecuencia de la menor cantidad de lluvias aumenta la
probabilidad de una degradación del suelo debido al sobrepastoreo de los animales
silvestres y domésticos. Muchas especies de agua dulce están bajo seria amenaza de
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