11 veces consecutivas vote por el malhechor que me prometió piscina en mi amado San Francisco
de Asís, allá en Bello; el facineroso encarnaba cada vez un rostro y nombre diferente, pero su
propuesta insignia y que le daba la victoria fue siempre la misma: piscina en el colegio.
Era yo niño, y aun en bachillerato, con todo y lo grandecito que me creía seguía siendo un niño; un
niño que engañaron, timaron y prometieron una y otra vez un espejo de agua que nunca se
construyó.
Hoy por hoy con vellosidad brotando de mi rostro, siento que no soy aquel incauto infante que no
cuestionaba si el pequeño político escolar que buscaba mi voto contaba con si quiera un estudio de
suelos, o había por lo menos charlado su propuesta con el rector. Me jacto ahora de ser crítico, de
leer noticias en diferentes fuentes y de escuchar otros puntos de vista; habilidades apenas básicas
y necesarias para sufragar en un país como Colombia, donde los medios de comunicación se
esfuerzan cada vez menos por ocultar su filiación política; y donde los dueños del poder
camaleónicamente acomodan su discurso a lo que sea popular en el momento.
Muy a mi pesar esta maduración de mi carne me ha traído preocupaciones y deseos a futuro, ahora
nada banales como una piscina; por ello cuido mi voto como el tesoro virginal de una mujer que
sueña con otorgarle este privilegio a un hombre con un cumulo de valores, en el que prime la
honestidad y el amor por el trabajo; busco ahora de un príncipe azul que sepa esgrimir su espada
de la gobernanza tanto con la mano derecha como con la izquierda y guarde un equilibrio entre
estas, un príncipe azul que sea consciente de las múltiples realidades fuera del castillo.
Aquel merecedor de mi voto debe presentarse con una hoja de vida nutrida en experiencia y
resultados positivos; no creo ya en propuestas idílicas y rostros nuevos que prometían renovación
y terminaron siendo un relevo. No sé si como elector estoy dañado por dentro a causa de la
decepción reiterada desde el colegio, o es que mis expectativas son muy altas para la política
nacional.
El 2022 se acerca y con tristeza veo un panorama sombrío para mí y mis coterráneos, los candidatos
presidenciables que ahora hay, son tan lo de siempre que presiento que en cualquier momento
alguno de ellos saldrá a prometer el equivalente actual a una piscina, y esto lo hará entonces
presidente de Colombia.
Describir cuales son los argumentos que el autor da para que el personero no pudiera
construir la piscina del colegio.
• Según el siguiente fragmento responder “Aquel merecedor de mi voto debe presentarse
con una hoja de vida nutrida en experiencia y resultados positivos; no creo ya en propuestas
idílicas y rostros nuevos que prometían renovación y terminaron siendo un relevo. No sé si
como elector estoy dañado por dentro a causa de la decepción reiterada desde el colegio, o
es que mis expectativas son muy altas para la política nacional”.
• ¿Cuál es la postura que posee el autor frente a la elección de personero?
• ¿Por qué considera que el autor tiene una postura crítica en cuanto al desarrollo de su
ejercicio al voto?
• ¿Cree usted que existe alguna relación con el texto y las elecciones de representantes de
curso, contralor y personero?
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