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Respuesta:
Ejemplo 1: Romeo y Julieta (William Shakespeare)
Entran Sansón y Gregorio, de la casa de los Capuleto, armados con espada y escudo.
Sansón: Gregorio, te juro que no vamos a tragar saliva.
Gregorio: No, que tan tragones no somos.
Sansón: Digo que, si no los tragamos, se les corta el cuello.
Gregorio: Sí, pero no acabemos con la soga al cuello.
Sansón: Si me provocan, yo pego rápido.
Gregorio: Sí, pero a pegar no te provocan tan rápido.
Sansón: A mí me provocan los perros de los Montesco.
Gregorio: Provocar es mover y ser valiente, plantarse, así que, si te provocan, tú sales corriendo.
Sansón: Los perros de los Montesco me mueven a plantarme. Con un hombre o mujer de los Montesco me agarro a las paredes.
Gregorio: Entonces es que te pueden, porque al débil lo empujan contra la pared.
Explicación: