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El Arte es la actividad por la que el ser humano expresa ideas, emociones o, en general, una visión del mundo, a través de recursos plásticos, lingüísticos, sonoros, o mixtos.
El arte expresa percepciones y sensaciones que tienen los seres humanos y lo plasma en algo concreto o efímero. Se considera que con la aparición del Homo Sapiens, el arte tuvo en un principio una función ritual, mágico-religiosa, pero esta función cambió a través del tiempo.
La manifestación artística provoca un sentimiento, una emoción, es decir, cualquier persona puede formar parte de una manifestación artística, tan solo hace falta sentir el arte en su significado propio, escribir, interpretar, componer música e incluso escucharla, ya que hay muchas personas que con el diminuto mundo de la composición musical, llegan a inspirarse de tal modo que construyen posteriormente grandes cosas que influyen en la sociedad.
En la actualidad encontramos manifestaciones artísticas en todas partes. Si nos paseamos por las grandes ciudades, en cada esquina encontramos arte en su estado puro: mimos, gente repartiendo su poesía, pintores, dibujantes; miles y miles de personas concentradas y viviendo su arte de la manera más profunda conocida en la actualidad, si, esas personas que muchas veces, cuando pasamos por su lado pensamos - pobre gente, cómo tiene que ganarse la vida -. Pues no, ellos han escogido esa forma de vivir, esa forma de pertenecer a una manifestación artística y cumplirla y darla a conocer a la gente de la forma más natural posible.
Cuantos de nosotros al estar enamorados, tristes o simplemente pensativos, cogemos papel, lápiz... Y nos plantamos en esa hoja en blanco, en esa inmensidad de blancura sin final alguno, y dejamos que nuestra mano escriba, pinte, dibuje... Que cree de la nada, un algo real.
La sociedad actual, en su gran mayoría ya forma parte de una manifestación artística, en cada rincón de nuestras ciudades, encontramos diferentes tipos de arte, y “rarezas” que nos impactan. Porque nada es igual, todo es diferente. Somos una sociedad que tiene el arte como el pan de cada día, lo vemos en nuestra forma de vestir, en nuestra forma de movernos, pensar, hablar, dibujar. Todo esto ya forma parte de una manifestación artística.
Bien cierto es que para hablar de arte, hay que hablar primero de qué era el arte antes del arte, es decir, hablemos de lo que pretendemos saber de hace decenas de miles de años atrás.
En el principio, estaba el hombre con sus herramientas, su pensamiento rudimentario, tan rudimentario como sus relaciones sociales.
El arte está muy apegado a la experiencia estética dentro de las cuales figura lo bello, lo feo, lo sublime. Difícil que una vida tan insalubre y primitiva, como la del hombre primitivo, pensara en el arte. Sin embargo, tallaba huesos, ponía sus huellas en la piedra, ese ser tan primitivo hacía algo más que trabajar en pos de sus necesidades materiales. Él hacía algo que le sosegaba el alma.
Las pinturas rupestres vienen a representar muy bien lo antes comentado. Se piensa que reflejaban fechas importantes para su trabajo cotidiano, hechos que reflejaban su quehacer, intenciones para lograr algo, un plan.
Estos reflejos, intenciones, planes son como indicios de las imágenes artísticas, sentimientos, deseos. Estamos en la antesala del arte, pero el de aquel entonces, si así se prefiere. De aquí es posible ver que el trabajo va aparejado al arte y lo ayuda en su desarrollo.
Hace un siglo, lo feo no formaba parte de lo estético, como tampoco lo bello era parte del pensamiento primitivo. Hoy se habla de proposiciones estéticas, de arte conceptual y no conceptual. Simplemente hay que observar y ver qué es lo que se manifiesta como arte y si responde a las necesidades estéticas de un contexto histórico determinado, lo que no es posible es supeditar la expresión artística a determinada etapa pasando por encima de decenas de miles de años de desarrollo del arte.
El objetivo del arte está fuertemente ligado a lo que lo motiva. El arte debe satisfacer. El arte tiene como objetivo la visión artística del mundo. Esto explica que satisfaga cierta necesidad espiritual y es aquí donde entra su función.
El objetivo del arte consiste en satisfacer las necesidades estéticas de las personas creando obras espléndidas, susceptibles de proporcionar al hombre alegría y placer, capaces de enriquecerle espiritualmente y al mismo tiempo, de desarrollar, de despertar en él al artista que puede crear teniendo en cuenta las leyes de la belleza y aportar hermosura a la vida.
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