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De la oveja negra
Explicación:
LA OVEJA NEGRA
Espero averte ayudado :) :3
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La oveja negra de Italo Calvino para niños
Érase una vez un pequeño pueblo en el que todos sus habitantes eran ladrones.
Todas y cada una de las familias salían cada noche a hurtadillas de su casa para robar en el hogar de alguno de sus vecinos. Abrían con fuerza una de las ventanas o puertas, entraban con su saco al hombro y se llevaban todo lo que encontraban: tanto comida como objetos que les apetecía tener.
Una vez terminada su labor como ladrones, volvían a sus casas con su botín. Pero, también cada noche, ¡se encontraban que en sus casas también habían entrado a robar! Otro vecino se había colado en su hogar dejándolo completamente vacío.
¡Qué situación tan curiosa la que tenían en este pueblo! A pesar de que todos los vecinos se atracaban los unos a los otros, se habían acostumbrado a vivir así: robándose y dejándose robar. Así cada noche. Vivían en un perfecto equilibrio, con el que todos estaban de acuerdo y todos tenían lo que necesitaban para comer y vivir: lo justo, ni mucho, ni poco. Nadie era rico ni pobre.
Esto ocurrió hasta que un hombre honesto y bondadoso se mudó al pueblo de los ladrones. Él no quería participar de los robos a sus vecinos, por lo que por las noches se quedaba en su casa descansando o practicando alguno de sus hobbies, mientras el resto de sus compañeros salía a hurtar. ¡Sin duda, él era la oveja negra del pueblo!
¡Qué mala suerte y qué injusticia para los habitantes del pueblo! Como el hombre honesto no salía de su casa, no podían entrar a robarle. Y, por lo tanto, cada noche una familia se quedaba sin poder conseguir comida. Esto hizo que los vecinos se enfadaran mucho con él. ¿Quién se creía que era aquel hombre para romper el equilibrio que tan felices les hacía?
A pesar de que el hombre actuaba de buen corazón, su decisión de no robar provocaba que uno de sus vecinos no pudiera comer esa noche. Estaba perjudicando a sus amigos.
El hombre entendió que, aunque él no quisiera robar, debía dejar que sus vecinos entraran en su casa. De esa forma, nadie pasaría hambre. Por eso, a partir de ese día, el hombre bueno salía todas las noches de su hogar para dar un paseo y que así pudieran robarle.
¡Pero surgió otro problema! Como el hombre bueno no quería robar a sus vecinos, cada noche había una familia que se libraba de los robos. Esto hacía que acumularan lo que ya tenían y lo que habían robado. ¡Eso era mucho! Y con el tiempo, estas familias se fueron haciendo cada vez más ricas y avariciosas… hasta que decidieron que ya no querían que otros robaran sus cosas. ¡Vuelta a los problemas!
Pero, además, el hombre honesto se vio en apuros. Como él no quería robar, pero cada noche entraban en su casa, llegó un momento en el que quedó sin pertenencias: no tenía absolutamente nada. Esto no solo provocaba que pasara hambre, sino que también la familia que esa noche le tocaba entrar en su hogar, se iba con las manos vacías y no tenía nada que comer.
¡Menudo lío tenían los vecinos de este pueblo! El equilibrio que antes les hacía felices, al robarse los unos a los otros. Y con él, habían llegado los problemas. Pero, ¿cuál era la situación más justa y apropiada? ¿Seguir robando o ser honestos?
- Moraleja de la fábula: A veces, los problemas surgen de donde menos te lo esperas, incluso cuando actuamos con la mejor intención para resolver una situación que parecía inapropiada
Explicación:
ESPERO QUE TE AYUDE