Respuestas
Respuesta:
Religión y moralidad son hechos estrecha-
mente relacionados a lo largo de la histo-
ria. Esta relación da lugar a contenidos
éticos convergentes en la mayor parte de
las tradiciones religiosas. Existen sin em-
bargo tensiones entre la moral y la religión
que culminan en la ruptura operada por
los movimientos «ilustrados». Operada
esta ruptura, religión y moralidad apare-
cen como distintas formas de relación con
el absoluto, llamadas a dialogar, desde la
base de la ética civil de lassociedades plu-
ralístas, para buscar soluciones a los pro-
blemas de la humanidad actual
No es necesario estar familiarizado con los innumerables tratamientos
que ha recibido a lo largo de la historia del pensamiento humano el pro-
blema a que se refiere nuestro título para hacerse cargo de su complejidad
y la dificultad que encierra. Para tratarlo de forma adecuada sería necesa-
rio, por una parte, explicar el contenido de los términos «religión» y «mo-
ral» y exponer, por tanto, los dos mundos a los que remiten y, por otra,
desentrañar la compleja relación que mantienen. Nuestra intención es exa-
minar especialmente la segunda cuestión y abordar la primera sólo en la
medida en que es indispensable para la segunda y en función de ésta.
«Moral» o «ética», porque vamos a utilizar los dos términos con idén-
tico sígnífícado,' remiten a una dimensión de la persona. Aquella que se
manifiesta en el hecho de que el hombre, al ejercitar su existencia, no se
limita a desarrollar las facultades de que está dotado, a realizar sus posi-
bilidades, a satisfacer sus deseos y a colmar sus necesidades, sino que se
ve interiormente obligado a tener en cuenta un ser ideal, un bien, que
juzga sus acciones, reclama el asentimiento de su libertad y se hace pre-
sente a su conciencia como valor que dignifica su vida. Este bien, que
orienta el conjunto de la existencia, se desgrana para él en un sistema de
bienes que rigen los diferentes sectores de su vida. Su presencia se mani-
fiesta en la pregunta ¿qué debo hacer? que acompaña a todo lo que hace.
La relación del hombre con esa presencia confiere una nueva calidad a
sus actos que, más allá de lo agradable o desagradable, de lo útil o inútil,
se expresa en términos de debido o indebido, justo o injusto, y se difunde
sobre la totalidad de la persona haciéndola percibirse como buena o
mala. La dimensión moral de la persona y su ejercicio han originado a lo
largo de su historia un «hecho moral», que forma parte del hecho humana no y como éste aparece en formas variadas de acuerdo con las diferentes
historias y culturas.
Con el término «religión» designamos una nueva dimensión de la per-
sona gracias a la cual el hombre reconoce en una actitud fundamental de
reconocimiento y aceptación una realidad sobrehumana como origen y
como destino último y salvación de su vida, En la religión responde el
hombre a la pregunta: «¿qué sentido tiene mi vida?», «¿qué me cabe espe-
rar?» y gracias a ella incluye en un horizonte global de sentido y de valor
el discurrir completo de la vida y la totalidad de su ser personal, La actitud
religiosa fundamental es «vivenciada» por el sujeto en experiencias especí-
ficas que ponen en juego todas las facetas del ser humano: espacio-tempo-
ral, racional, activa, emotiva y dan lugar a una forma de vida especial, la
vida religiosa, De esta forma la religión origina también un hecho religioso
que forma parte del complejo hecho humano y que como la propia histo-
ria humana aparece diversificado en las diferentes religiones de la historia.
Desde esta somera explicación de los términos, se comprende que el pro-al puede plantearse de formas
muy diferentes según el nivel en que nos situemos al hacerlo.
Cabe, por ejemplo, preguntarse por las conexiones del hecho religioso
y el hecho moral tal como aparece en la historia: ¿es posible establecer la
precedencia del uno sobre el otro? Pero cabe también indagar las relacio-
nes de las dimensiones y actitudes profundas de las que esos hechos pro-
ceden. ¿Coinciden en lo esencial o son fenomenológicamente diferentes?
¿Es la actitud religiosa fundamento de la obligatoriedad que comporta la
moral? con la realidad sobrehuma-
na reconocida por el hombre religioso como Dios, lo divino u otro término
homólogo? ¿Es al contrario la conciencia moral criterio de autenticidad
para la relación religiosa? El tratamiento de estas últimas cuestiones de
carácter teórico, que son sin duda las decisivas, podrá ser planteada con
mayores garantías tras un contacto prolongado con los datos objetivos que
componen el hecho moral y el hecho religioso.
Por eso comenzaremos nuestra reflexión estudiando la relación entre
hecho religioso y vida moral a partir de una lectura, necesariamente selec-
tiva, de la historia.
Religión y vida moral en la historia religiosa de la humanidad
Explicación:
espero que te sirva