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Respuesta:
Cuando pasa esto:
—¡Pues aquí estamos! —exclamó el rey, riendo ante su agudo descubrimiento de la coincidencia—. ¡Justamente ocho: yo y mis ministros! ¡Veamos! ¿En qué consiste esa diversión?
—La llamamos —repuso el enano— los Ocho Orangutanes Encadenados, y si se la representa bien, resulta extraordinaria.
—Nosotros la representaremos bien —observó el rey, enderezándose y alzando las cejas.
—Lo divertido de la cosa —continuó Hop-Frog— está en el espanto que produce entre las mujeres.
—¡Magnífico! —gritaron a coro el monarca y su Consejo.
—Yo os disfrazaré de orangutanes —continuó el enano—. Dejadlo todo por mi cuenta. El parecido será tan grande, que los asistentes a la mascarada os tomarán por bestias de verdad… y, como es natural, sentirán tanto terror como asombro.
—¡Exquisito! —exclamó el rey—. ¡Hop-Frog, yo haré un hombre de ti!
—Usaremos cadenas para que su ruido aumente la confusión. Haremos correr el rumor de que os habéis escapado en masse de vuestras jaulas. Vuestra majestad no puede imaginar el efecto que en un baile de máscaras causan ocho orangutanes encadenados, los que todos toman por verdaderos, y que se lanzan con gritos salvajes entre damas y caballeros delicada y lujosamente ataviados. El contraste es inimitable.