Siendo aún tan pequeña, que apenas me acuerdo, me sucedió que uno de los
niños que iban con sus madres a visita —como suele acaecer, según después he
visto—, me dijo había de casarse conmigo, y yo sin saber qué era aquello, a lo
que ahora me puedo acordar, le respondí que sí; y luego me entró en el corazón
un tormento tal, que no me dejaba tener gusto ni consuelo; parecíame que había
hecho un gran mal; y como con nadie comunicaba el tormento de mi corazón, me
duró hasta que ya tendría siete años; y en una ocasión hallándome sola en un
cuarto donde habían pesado trigo, y quedado el lazo pendiente, me apretó tanto
aquella pena, y debía de ayudar el enemigo, porque luego me propuso
fuertemente que me ahorcara, pues sólo este era remedio; mas el Santo Ángel de
mi guarda debió de favorecerme, porque a lo que me puedo acordar, llamando a
Nuestra Señora, a quien yo tenía por madre y llamaba en mis aprietos y
necesidades, me salí de la pieza asustada y temerosa; y así me libró Nuestro
Señor de aquel peligro, cuando no me parece que tendría siete años. Hasta esta
edad, y algún tiempo adelante, todo mi recreo y consuelo era hacer altares y
buscar retiros; tenía muchas imágenes de Nuestro Señor y de Nuestra Señora y
en componerlas me pasaba sola y retirada; aunque esto topaba sólo en lo exterior,
porque me parece era poco lo que rezaba ni tenía consideración; si bien Nuestro
Señor me despertaba grande temor de las penas – 21 – Mi vida eternas, y aprecio
de la eterna vida, y viendo algunas imágenes de la pasión, pedía con tanta ansia a
Nuestro Señor me hiciera buena y me diera su amor, y lloraba tanto por esto,
hasta que me rendía y cansaba. Pues el temor que digo despertaba Nuestro
Señor en mí; algunas noches en sueños veía cosas espantosas. En una ocasión
me pareció andar sobre un entresuelo hecho de ladrillos, puestos punta con punta
como en el aire, y con gran peligro, y mirando abajo, veía un río de fuego, negro y
horrible, y que entre él andaban tantas serpientes, sapos y culebras, como caras y
brazos de hombres que se veían sumidos en aquel pozo o río; yo desperté con
gran llanto, y por la mañana vi que en las extremidades de los dedos y las uñas
tenía señales del fuego: aunque yo esto no pude saber cómo sería
a.. A partir de la lectura, explica cuál puede ser el remedio a los padecimientos
expresados por la autora
Respuestas
Respuesta dada por:
1
Respuesta:
los sentimientos de la autora son expresar que se sentía imponente pues ella no sabía que era el matrimonio
igtorres:
otra
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