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Respuesta:
La globalización, que cambia los paradigmas tradicionales y transforma las relaciones sociales, económicas
y políticas en la sociedad contemporánea, es un fenómeno paralelo que alimenta y justifica la imposición
de la doctrina económica neoliberal, que aboga por la
reducción del papel regulador del Estado y del espacio
de lo público, rompiendo una tendencia creciente iniciada desde el Renacimiento.
El Estado ya no es el organizador de la vida social, es
el mercado. Lo económico-financiero se impone sobre lo político-estatal. La vida cotidiana depende de
procesos económicos, sociales, políticos y culturales
que escapan al control del Estado. En este contexto,
el “statu quo” es determinado por los organismos internacionales que imponen reglas y condiciones a los
Estados nacionales.
Una de estas condiciones es la gobernabilidad. En
compensación por el desmonte de la dimensión social
del Estado y como condición para la aprobación de sus
créditos, los organismos financieros multilaterales imponen el concepto de gobernabilidad, que entre otros
requisitos exige a los Estados mayores niveles de participación ciudadana como estrategia de legitimación
de las decisiones sobre lo público.
Más democracia es el propósito compartido de los organismos multilaterales y de los ciudadanos, cada uno
desde intereses contrapuestos. Los primeros quieren
legitimidad para el Estado nacional, suplantado por los
actores económicos; los segundos quieren intervenir
directamente en el manejo de lo público, porque consideran que el sistema de representación es ineficaz
e incompleto. Más democracia es más información y
mejor comunicación. El acceso a la información y la
transparencia en la gestión de lo público son los nuevos ejes sobre los cuales gira la democracia.
En este artículo se aborda la relación existente entre
gobernabilidad y comunicación, que de todas maneras reclama una mirada interdisciplinaria desde la economía, la política y la sociología, entre otras ciencias,
porque la gobernabilidad, elemento esencial de la estrategia de desarrollo vigente, depende de la legitimidad del Estado, la cual puede lograrse a través de la
participación ciudadana.