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Respuesta:
lo largo de los años, y a medida que a Ana se la mitificó y, por tanto, despersonalizó, han surgido varias “leyendas” y varios hechos no fundados en la realidad. Voy a empezar refutando cosas que la propia Ana escribió en su diario.
Ana escribió en su diario entre los 13 y los 15 años y, excepto los primeros meses, encerrada en un espacio muy reducido con siete personas más. A pesar de su madurez, Ana era una adolescente que estaba pasando por mucho, y por lo tanto una narradora no fiable.
Lo primero que quiero desmentir, debido a la importancia del respeto a la memoria, son las representaciones de la madre de Ana y del dentista Fritz Pfeffer (pseudónimo dado por Ana: Albert Dussel) en el diario.

Empiezo con Fritz Pfeffer porque su representación me parece la más injusta. Fritz, al igual que los Frank, era un inmigrante alemán en Holanda. Pertenecía al grupo de amigos de los Frank y, además, era el dentista personal de Miep Gies, una de las salvadoras de los Frank.
Fritz, los Frank, los Van Pels y otras amistades solían quedar todos los domingos para tomar el café y charlar. Antes de que las leyes antisemitas prohibiesen que los cristianos visitasen casas de judíos y viceversa, a esas reuniones también asistían Miep y su marido Jan.
Durante esa época Fritz Pfeffer vivía con su novia, Charlotte Kaletta, con la que no podía casarse debido a las leyes antisemitas de la Holanda ocupada, puesto que ella era cristiana. Fritz ya había estado casado con Vera Bythiner, también judía, pero se habían separado en 1932.

Fritz se había quedado con la custodia del hijo de ambos, Werner, dos años mayor que Ana Frank. En noviembre de 1938, sin embargo, Fritz consiguió que Werner huyese a Inglaterra, donde estaría al cargo del hermano de Fritz, Ernst.
Explicación:
Espero que te sirva