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Respuesta:
A través de la ofensa de un solo hombre, todos los hombres están expuestos a la condenación eterna. Pero la gracia y la misericordia de Dios, y el don de la justicia y la salvación, son por medio de Jesucristo, como hombre. Por medio de su obediencia podremos ser considerados no solo santos, sino que podremos estar ante la presencia del Padre, ya que Cristo es nuestro redentor y salvador, por medio de él podremos acceder al cielo. Por Cristo y su justicia, tenemos más y más privilegios que hemos perdido por la transgresión de Adán. La ley mostró que muchos pensamientos, temperamentos, palabras y acciones, eran pecadores, así transgresiones se han multiplicado. Pero cuanto más pecado abunda, más abunda la gracia y la misericordia de Cristo hacia nosotros.