• Asignatura: Castellano
  • Autor: valenpato32
  • hace 4 años

necesito el resumen del cuento 'las zapatillas de Sarita" ​

Respuestas

Respuesta dada por: albertdelvillargisel
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Respuesta :La tarjetita decía que a las cinco, pero Sarita llegó a las cuatro porque su mamá la dejó de pasada cuando se fue a tomar el colectivo, así que nos sentamos abajo del gomero para ver lo que hacía mi mamá, que iba y venía por el patio, con el vestido de flores hecho una campana, inflado de tanto viento norte. La tarjetita decía que a las cinco, pero mi mamá había salido en la bicicleta bien temprano, a las ocho, para ir a lo del Gringo a comprar las cosas para la tarde, para que esté todo listo antes de que mis amigos y mis primos llegaran. Con Sarita mirábamos a mamá poner la mesa, que en realidad no era una mesa, sino una tabla larga que mi papá pintó de blanco para salir del paso. Mirábamos a mamá y mirábamos la mesa blanca, que se fue llenando de platitos de plástico rojo y chizitos y gaseosa de pomelo y, cada tanto, también se llenaba de las flores que se caían de los lapachos porque se habían quedado dormidas.

Arita me hizo reír porque trajo la tarjetita que decía que la invitaba a mi cumpleaños de cinco a ocho por si en la puerta no la dejaban pasar, pero ¡cómo no la iban a dejar pasar, si era mi mejor amiga! Yo sé que Sarita es mi mejor amiga porque cuando se dio cuenta de que la tarjetita en realidad era una fotocopia, no se rió como se habían reido... ¡Los primos! avisó mi papá cuando escuchó el auto de la tía Nora. ¿No te podías ir a vivir un poquito más lejos?, le dijo la tía Nora a mi mamá cuando ella salió a recibirla, secándose las manos con un repasador. La tía tenía cara de enojada y mi mamá le dijo hola, Nora, pasá, pasá, te sirvo un poco de gaseosa con hielo. Cuando vienen los primos, mamá se pone nerviosa porque nuestra casa es chiquita y ellos miran para todos lados y preguntan por qué las paredes están mojadas y por qué el techo es de chapas y por qué la puerta de mi cuarto es una sábana del Hombre Araña, pero nunca se fijan en cómo crecen los tomates de la huerta, ni les importan ni un poco las flores, como globos brillantes, que cuelgan de los árboles.

Pero mi mamá dijo que igual tenía que invitarlos. Lucrecia le dijo a mi mamá que quería una chocolatada y Augusto se metía los chizitos en la boca y los escupía y como no había chocolate para la chocolatada, Lucrecia agarró su vaso de pomelo y lo vació en el pasto. ¿Cuánto falta para irnos, mami? dijo Augusto a los gritos, pero la tía Nora ni le respondió. No le hagas caso, me dijo Sarita.

Tenía miedo de que mi papá la castigara a la Negrita. Mi papá, que no sabía pedir disculpas, no supo hacer otra cosa que agarrarla a manguerazos a la Negrita. ¡Pegale más fuerte, tío!, le pidió Lucrecia y mi papá le hizo caso porque no quería que nadie supiera que a él le daba mucha vergüenza no haber podido comprar las zapatillas que le había pedido. Mi mamá apareció con la torta en una bandeja y la canción del feliz cumpleaños en la boca y papá y la tía y todos los demás cantaron con ella.

Me hicieron pararme en la punta de la tabla con todos los chicos y pedir tres deseos y soplar las velas y papá nos sacó fotos

La tía Nora vino con un paquete y mi mamá le dijo que muchas gracias, que no se hubiera molestado, y ella dijo que feliz cumpleaños, sobrino, que no era nada. Mi mamá agarró el cuchillo para cortar la torta y Sarita dijo ¡paren, que falta mi regalo! y sacó de abajo de la mesa una bolsita de plástico negro. Probátelas, me dijo mi mamá, que estaba re contenta. Hoy nos vimos en la escuela y le conté que apareció la Negrita y ella me contó que le dijo a la mamá que se había olvidado las zapatillas en la puerta de su casa porque volvió caminando y había pisado barro y me dijo que su mamá le creyó y yo le conté que mi mamá dijo que ella era como mi ángel de la guarda y ella me contó que el domingo había visto un documental sobre animales y yo le conté que me quería comprar un cuaderno para hacer historietas y ella me contó que si le sostenés la cola a los canguros, no pueden saltar y yo le conté que hay una mariposa en África que es tan venenosa que puede matar seis gatos y ella me contó que los pingüinos se quedan con un solo compañero por el resto de su vida y yo pensé que ojalá Sarita y yo fuéramos pingüinos.

Explicación: ESPERO TE SIRVA


albertdelvillargisel: TIENE 874 PALABRAS DE 1481
albertdelvillargisel: OSEA EL TEX
albertdelvillargisel: EL CUENTO TIENE 1481 PALABRAS ANTES DE RESUMIRLO
clau202175: necesito que tenga como máximo 150 palabras
Respuesta dada por: jojavier1780
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Resumen del cuento "Las Zapatillas de Sarita" ​

La tarjetica decía que a las cinco, pero sarita llego a las cuatro porque su mamá la dejó de pasada cuando se fue a tomar el colectivo, así que nos sentamos a abajo del gomero para ver lo que hace mi mamá, que iba y venía por el patio, con el vestido de flores hecho una campana, inflado de tanto viento norte, mi mamá había salido en la bicicleta bien temprano, a las ocho para ir a lo del gringo para comprar las cosas para la tarde. Cuando vienen los primos mamá se pone nerviosa, porque nuestra casa es chiquita; para las cinco y media habían llegados todos y nos páramos alrededor de la tabla, para tomar una gaseosa de pomelo y comer lo que había en los platitos.

Lucrecia le dijo a mi mamá que quería una chocolatada y Augusto se metía los chizitos en la boca y los escupía, Lucrecia agarró su vaso de pomelo y lo vació en el pasto. ¿Cuánto falta para irnos, mami? dijo Augusto a los gritos, pero la tía Nora ni le respondió.  

En eso llegó la negrita que con tanta mala suerte en el camino le pisó las zapatillas a Lucrecia, me miró con los ojos llenos de odio, creo que era un monstruo que quería comerme. Tenía miedo de que mi papá la castigara a la Negrita. Mi mamá apareció con la torta en una bandeja y la canción del feliz cumpleaños en la boca y papá y la tía y todos los demás menos los primos cantaron con ella. La tía Nora vino con un paquete y mi mamá le dijo que muchas gracias, que no se hubiera molestado, y ella dijo que feliz cumpleaños. Mi mamá agarró el cuchillo para cortar la torta y Sarita dijo ¡paren, que falta mi regalo! y sacó de abajo de la mesa una bolsita de plástico negro. Probátelas!, me dijo mi mamá, que estaba re contenta. Mi tía y mis primos aprovecharon para irse cuando mi papá me sacaba fotos con las zapatillas nuevas, no se dieron cuenta me dijo Sarita muerta de risa, mostrándome los pies descalzos escondidos debajo de la tabla.

Hoy nos vimos en la escuela, ella me contó que los pingüinos se quedan con un solo compañero por el resto de su vida y yo pensé que ojalá Sarita y yo fuéramos pingüinos.

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