• Asignatura: Castellano
  • Autor: aydalaelegida
  • hace 4 años

El negro

Estamos en el comedor estudiantil de una universidad alemana. Una alumna rubia e

inequívocamente germana adquiere su bandeja con el menú en el mostrador del autoservicio y

luego se sienta en una mesa. Entonces advierte que ha olvidado los cubiertos y vuelve a levantarse

para cogerlos. Al regresar, descubre con estupor que un chico negro, probablemente subsahariano

por su aspecto, se ha sentado en su lugar y está comiendo de su bandeja.

De entrada, la muchacha se siente desconcertada y agredida; pero enseguida corrige su

pensamiento y supone que el africano no está acostumbrado al sentido de la propiedad privada y

de la intimidad del europeo, o incluso que quizá no disponga de dinero suficiente para pagarse la

comida, aun siendo ésta barata para el elevado estándar de vida de nuestros ricos países. De

modo que la chica decide sentarse frente al tipo y sonreírle amistosamente. A lo cual el africano

contesta con otra blanca sonrisa. A continuación, la alemana comienza a comer de la bandeja

intentando aparentar la mayor normalidad y compartiéndola con exquisita generosidad y cortesía con el chico negro. Y así, él se toma la ensalada, ella apura la sopa, ambos

Pinchan paritariamente del mismo plato de estofado hasta acabarlo y uno da cuenta del yogur y la

otra de la pieza de fruta.

Todo ello trufado de múltiples sonrisas educadas, tímidas por parte del muchacho, suavemente

alentadoras y comprensivas por parte de ella. Acabado el almuerzo, la alemana se levanta en

busca de un café. Y entonces descubre, en la mesa vecina detrás de ella, su propio abrigo colocado

sobre el respaldo de una silla y una bandeja de comida intacta.

Dedico esta historia deliciosa, que además es auténtica, a todos aquellos españoles que, en el

fondo, recelan de los inmigrantes y les consideran individuos inferiores. A todas esas personas

que, aun bienintencionadas, les observan con condescendencia y paternalismo. Será mejor que

nos libremos de los prejuicios o corremos el riesgo de hacer el mismo ridículo que la pobre

alemana, que creía ser el colmo de la civilización mientras el africano, él sí inmensamente

educado, la dejaba comer de su bandeja y tal vez pensaba: "Pero qué chiflados están los

europeos". Autora Rosa Montero




¿Por qué el africano calla y aparenta normalidad ante esta situación?


¿Qué conclusión podemos extraer de este pensamiento de la alemana: “ella supone que el

africano no está acostumbrado al sentido de la propiedad privada y de la intimidad del europeo, o

incluso que quizá no disponga de dinero suficiente para pagarse la comida, aun siendo ésta barata

para el elevado estándar de vida de nuestros ricos países”.





¿Cómo podría calificar los comportamientos de la alemana y el africano?

Respuestas

Respuesta dada por: jesusjherrerad
31

Respuesta:

por que el africano piensa que la chica rubia le esta dando de su comida

Explicación:

Respuesta dada por: francisconagua316
20

Explicación:

muy bien porque aunque no se conozcan están ciendo amables ellos mismos

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