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Respuesta:
Departamento de Educación,
División de Ciencias Sociales y Humanidades,
Campus Guanajuato,
Universidad de Guanajuato
Hoy “está de moda” trabajar a distancia, comunicarnos virtualmente para el trabajo, y escuela o con familiares y amigos; una necesidad u obligación para mantener la “sana distancia” por el coronavirus. Utilizar las computadoras, o cualquier otra herramienta con internet para comunicarnos suena sencillo pero hay al menos dos complicaciones: tener acceso a los aparatos conectados a internet y conocimientos para hacerlo.
Según diferentes fuentes, por ejemplo INEGI (2019), alrededor del 66 % de la población mexicana tiene acceso a internet, aunque la proporción aumenta con teléfonos celulares. Dependerá también de qué tipo de servicio tengamos disponible y si nos referimos al medio rural o urbano, por lo que ya no es fácil decir que “cualquiera tiene acceso a internet y por tanto es posible quedarse en casa y trabajar a distancia en lugar de salir”, como escuchamos.
Viene el otro punto, considerando que pasamos de las TIC (Tecnologías de la Información y la Comunicación) a las TAC (Tecnologías para el Aprendizaje y la Cooperación), es decir que no solo es colocarse enfrente de un aparato para recibir datos sino que requerimos interactuar, cooperar, hacer trabajo en equipo. Viene el dilema ¿estamos preparados para ello?, sobre todo como docentes que somos de una “Generación X”, en el mejor de los casos “Millenials” aunque sea por adopción, y nos enfrentamos con la “Generación Z” y la “Generación T” (Vilanova y Ortega,2019). Es decir, quienes nacimos entre 1965 y 1980, Generación X y Millenials, trabajamos y buscamos apoyar en su aprendizaje por medios virtuales a los nacidos después de 1994, estudiantes universitarios y hasta de educación básica (Generaciones “Z” y “T”)… evidentemente no es sencillo, es un reto y hasta llega a ser una frustración para unos y otros.
Con optimismo vemos posible la referida educación a distancia y virtual, la comunicación en general, en la medida que tengamos humildad y cooperación, ambas partes; disposición para aprender entre si, además flexibilidad para los tiempos y formas de entrega dada la diferencia de accesos ya referidas.
Veamos estos tiempos de coronavirus como un reto, y una oportunidad, para aprender más, en cooperación de las diferentes generaciones, una educación que nos motive a seguir aprendiendo, en cualquier lugar, condiciones y con personas diversas.