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Marion provenía de una familia de inventores, por lo que la creatividad estuvo presente en su vida desde muy pequeña.
Su carácter emprendedor la llevó en 1946 a ingeniar un pañal recubierto con una cortina de plástico y que en su interior llevaba un tipo de tela mucho más absorbente y que, a la vez, no provocaba escozor a su bebé; como era el caso de los utilizados hasta aquel momento.
Trabajó en el diseño y el 19 de enero de 1949 presentó una solicitud de patente, al mismo tiempo en que los comenzó a comercializar en la tienda Saks de la Quinta Avenida.
Bautizó su invento como “Boaters” y fue tal el éxito de venta que, en cuanto le fue aprobada la patente el 12 de junio de 1951, ya tenía sobre la mesa una oferta de compra de su invento por la nada despreciable cifra de un millón de dólares.
Acto seguido, Marion Donovan se puso a trabajar en la invención de su siguiente proyecto, el pañal que fuese totalmente desechable y cuyo interior no llevase tela sino algún tipo de género que fuese totalmente absorbente y mantuviese alejada la humedad de la piel de los bebés.
Pero, a pesar de la utilidad de su nuevo invento, no fue hasta una década más tarde en la que vendió su idea a Víctor Mills, ingeniero químico en la empresa Procter & Gamble con la que desarrollaría y comercializaría los pañales desechables tal y como los conocemos hoy en día.
Entre 1949 y 1996, Marion Donovan presentó más de 20 patentes de inventos creados por ella, para hacer mucho más cómoda la vida de las amas de casa.