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Explicación:
El desarrollo estabilizador o Milagro Mexicano fue un modelo económico utilizado en México desde 1940 hasta 1970.[1] Las bases de este modelo radican en buscar la estabilidad económica para lograr un desarrollo económico continuo la estabilidad económica se refiere a mantener la economía libre de topes como inflación, déficit en la balanza de pagos, devaluaciones y demás variables que logran estabilidad macroeconómica. A partir de 1940 México inició una etapa llamada el milagro mexicano, esta etapa se caracterizó por ser de un crecimiento sostenido y fue el cambio hacia la formación de una nación moderna e industrializada. El periodo en el que se manejó el modelo en la economía nacional abarca los sexenios de los presidentes Manuel Ávila Camacho, Miguel Alemán Valdés, Adolfo Ruiz Cortines, Adolfo López Mateos y Gustavo Díaz Ordaz.
Antonio Ortiz Mena fue el principal artífice de la política económica a la que definió de la siguiente manera en su libro "El desarrollo Estabilizador, Reflexiones sobre una época", publicado por el Fondo de Cultura Económica: “el esquema de crecimiento que conjuga la creación de un ahorro voluntario creciente y la adecuada asignación de los recursos de inversión con el fin de reforzar los efectos estabilizadores de la expansión económica en vez de los desestabilizadores que conducen a ciclos recurrentes de inflación-devaluación.” Conforme a esa política se formuló que “el Estado tiene la responsabilidad, conforme a las leyes básicas de la nación, de promover y encauzar el desarrollo económico”, con el propósito de “aumentar los salarios reales” y “mejorar la participación de los asalariados en el ingreso nacional disponible.” Según esa concepción, el desarrollo económico consistía “en el aumento sostenido del volumen de producción por hombre ocupado; presupone básicamente un incremento en la dotación de capital que haga viable mejorar la productividad y el ingreso real de la fuerza de trabajo y mantener tasas adecuadas de utilidad”. De modo que desde el inicio de la administración de López Mateos la política económica dirigida por Ortiz Mena buscó cumplir con dos objetivos prioritarios: mantener la estabilidad monetaria, pero sin que ello significara descuidar el fomento al crecimiento económico del país; el segundo se refería a conservar la estabilidad en los precios.[2]