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No intervenir el cuerpo. Muchas religiones plantean el cuerpo humano como una forma de templo sagrado, cuya intervención es castigada por Dios. En ese sentido, rechazan los tatuajes, los piercings o incluso, como en el caso de los Testigos de Jehová, las transfusiones de sangre.
Rechazo a la menstruación. Esta es una norma desafortunada, producto de las tendencias machistas que anidan en muchas de nuestras religiones y culturas. Según La Biblia, la mujer durante su ciclo menstrual es “impura” y por ende no deberá tenerse relaciones sexuales con ella, ni deberá siquiera dormir junto con su esposo. Por suerte esto no se cumple a cabalidad sino en casos muy extremos, pero forma parte de los discursos de vergüenza sobre el cuerpo femenino que hoy día muchos colectivos feministas combaten.
Asistir a la misa dominical. Esta obligación de vida atañe a la mayoría de las sectas cristianas, pero sobre todo la católica. La feligresía debe reunirse los domingos en la iglesia para rendir culto a Dios y llevar a cabo en comunidad ciertos ritos de reafirmación de la fe. Para ello deberán acudir a una misma hora, con una vestimenta más o menos formal, y manejarse dentro de cierta conducta de obediencia y generosidad.
Control de la vestimenta femenina. Para la iglesia evangélica ortodoxa, el uso de aretes, zarcillos o ese tipo de indumentaria está prohibido, ya que remiten a formas antiguas de esclavitud. Lo mismo ocurre con el maquillaje, o con el corte del cabello más arriba de los hombros.
La cremación. Si bien muchas religiones prohíben la cremación o la ven con malos ojos, otras como la hinduista la adoptan como un mandamiento, para evitar justamente la descomposición y la decadencia del cuerpo que ocurre luego de la muerte.
No comer carnes rojas. ¿Durante la Semana Santa, en la mayoría de los países católicos no se ingiere ninguna carne roja, sino que se la reemplaza con pollo y pescado. Esto como un símbolo de respeto por los padecimientos físicos y la sangre derramada en la Cruz por Jesucristo.
No adorar falsos ídolos. Este mandamiento cristiano ha sido interpretado diversamente por las sectas religiosas que se rigen por la biblia, muchas de las cuales rechazan la adquisición y adoración de imágenes (estatuillas, santos, tallas, etc.) por considerar que lo divino no puede ser representado. Otras iglesias, como la católica, basan prácticamente su culto en dichas imágenes y en un pabellón o santoral representable.
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