• Asignatura: Historia
  • Autor: lionelzarrate
  • hace 4 años

La Pandorga
La pandorga quedó preciosa. Los palitos de tacuara pulidos y rectos. La armazón redonda y equilibrada. Las tajaditas cortadas azules y rojas, perfectas y minuciosamente pegadas. Las largas piriritas amarillas rodeaban a la pandorga como una cabellera rumorosa de viento y rubia de sol, y finalmente los barbijos, milimétricos, matemáticos. Era toda una pandorga, hecha para conquistar todos los cielos y las alturas más azules. Una obra de arte volandera que el padre fabricaba para la admiración del hijo. Salieron a la calle llenos de gozo para asistir al vuelo inaugural de ese nuevo astro de tacuaras y papel de seda.
El padre esperó el viento, que sopló, tironeó a la pandorga y dio hilo permitiendo que elevara con un rumor de alegría sedosa. Vino otra ráfaga, y la pandorga escaló victoriosa, sacudiendo su melena dorada. Ya se hacía pequeña en la altura, cuando de pronto sobrevino el fin del mundo. Aflojó el empuje de viento, que quedó en calma, y luego sopló en ángulo distinto. La armonía se rompió, los barbijos enloquecieron; la larga cola se agitaba, buscando apoyo en el viento que había dado la espalda, y de pronto, una ráfaga inesperada, impetuosa, salvaje, y la pandorga cabeza abajo que cae trazando un itinerario de meteoro que se estrella estrepitosamente, con un rasguido de palito y seda rotos, en los hilos eléctricos y allí queda irremediablemente prisionera. El niño mira al padre, pensando que aquel hacedor de estrellas no es tan genio ni infalible como creía.

Respuestas

Respuesta dada por: Anónimo
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La pandora:

La pandorga quedó preciosa. Los palitos de tacuara pulidos y rectos. La armazón redonda y equilibrada. Las tajaditas cortadas azules y rojas, perfectas y minuciosamente pegadas. Las largas piriritas amarillas rodeaban a la pandorga como una cabellera rumorosa de viento y rubia de sol, y finalmente los barbijos, milimétricos, matemáticos. Era toda una pandorga, hecha para conquistar todos los cielos y las alturas más azules. Una obra de arte volandera que el padre fabricaba para la admiración del hijo. Salieron a la calle llenos de gozo para asistir al vuelo inaugural de ese nuevo astro de tacuaras y papel de seda.

El padre esperó el viento, que sopló, tironeó a la pandorga y dio hilo permitiendo que elevara con un rumor de alegría sedosa. Vino otra ráfaga, y la pandorga escaló victoriosa, sacudiendo su melena dorada. Ya se hacía pequeña en la altura, cuando de pronto sobrevino el fin del mundo. Aflojó el empuje de viento, que quedó en calma, y luego sopló en ángulo distinto. La armonía se rompió, los barbijos enloquecieron; la larga cola se agitaba, buscando apoyo en el viento que había dado la espalda, y de pronto, una ráfaga inesperada, impetuosa, salvaje, y la pandorga cabeza abajo que cae trazando un itinerario de meteoro que se estrella estrepitosamente, con un rasguido de palito y seda rotos, en los hilos eléctricos y allí queda irremediablemente prisionera. El niño mira al padre, pensando que aquel hacedor de estrellas no es tan genio ni infalible como creía.

Explicación:


lionelzarrate: pno
riverosadaliz607: ¿Qué ocurrió en el texto?
riverosadaliz607: ¿Cómo terminó la historia?
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