• Asignatura: Castellano
  • Autor: anime445
  • hace 3 años

Comparto mi experiencia atendiendo pacientes con Covid-19

en el Hospital Rebagliati.

Día 71: se ampliará la cuarentena un mes más. Recuerdo la primera

vez que entré a la sala covid-19.

Mi jefa me había llamado dos días antes para decirme que se había

adelantado la fecha para ingresar a esa área. Seríamos los primeros

cuatro gastroenterólogos del hospital en ir. Nos sentíamos gladiadores

romanos luchando en la arena a manera de "tributos al emperador".

Y aunque todos deseábamos con ansias cumplir con nuestro deber,

no puedo negar que me generaba algo de ansiedad, incluso miedo.

Esa noche dormí solo dos horas.

Ese día conversé con mis padres. Todos somos médicos y sabíamos lo

que teníamos que hacer, pero aun así estábamos asustados. Al día

siguiente, redoblamos las medidas de seguridad: trapos de lejía bajo

la puerta, alcohol gel en todos los pisos, mascarillas obligatorias,

cubiertos diferentes para todos y mayor distanciamiento.

En el hospital se nos dio el equipo de protección personal y nos lo

pusimos como pudimos -habíamos visto un video tutorial de Youtube

de enfermería del hospital Almenara horas antes-, una suerte de traje

espacial, incómodo, que nos sofocaba. Era difícil respirar a través de

la mascarilla y los lentes protectores nos impedían ver porque se

empeñaban constantemente. Mi cabeza retumbaba y se llenaba de

vapores.

Pero esta es nuestra armadura medieval contra un enemigo invisible y letal. La experiencia de ponerse ese equipo y sacárselo es casi

religiosa.

Nunca olvidaré a mi primer paciente. Entré a su habitación,

temeroso; a tres metros de distancia le pregunté cómo estaba.

Ahogándose me contestó "mejor que ayer, doctor". Aun así, este

señor limeño de 60 años, me contó que su esposa había fallecido

hacía tres semanas debido a un cáncer de páncreas y que él y toda

su familia se habían infectado por covid-19 en el entierro. Su padre

murió una semana después por el virus. Su hijo estuvo hospitalizado y

él, hasta ese momento, luchaba por su vida. No tenía contacto con

sus familiares desde hacía dos semanas ni había entablado

conversación alguna con nadie.

Los días pasaban y ya estábamos más curtidos: nos habíamos

memorizado los protocolos y nos mandábamos los últimos artículos

por WhatsApp. Las cosas mejoraron. Las deficiencias se sanearon.

Estábamos orgullosos de lo que habíamos logrado. En los días

venideros, muchos pacientes fueron dados de alta felices de volver a

casa junto a sus seres queridos.

Mi primer paciente se salvó. Al darle de alta me miró por encima de

su mascarilla y dijo: "Gracias. Gracias por estar aquí. Estoy seguro de

que esto no es fácil para ninguno de ustedes y quiero que sepan lo

agradecido que estoy por esta nueva oportunidad de vivir".

Nuestra sanidad se tambalea, la cuarentena "focalizada" o

"inteligente" es un cuento. Ojalá este mes adicional de cuarentena

nos sirva para aplanar la curva y así poder salvar más vidas siempre

pensando que "a pesar de que el mundo está lleno de sufrimiento,

también está lleno de personas valientes que están superando ese

sufrimiento".​

Adjuntos:

Respuestas

Respuesta dada por: kevinortega7243
0

Respuesta:

kiwkdjbguvcyhdhfjfjfjf

Preguntas similares