• Asignatura: Geografía
  • Autor: 1asernasanchezdiego
  • hace 4 años

¿Qué alternativas encuentras para dar solución a el conflicto entre CHINA y JAPÓN?

Respuestas

Respuesta dada por: uriel47ok
3

Respuesta:

En toda la región está en marcha un proceso de reorganización de

las relaciones internacionales aguijoneado por el brusco crecimiento

de China. La República de Corea está conquistando cada vez más y

más posiciones influyentes. De ahí que, el incremento de los ánimos

nacionalistas se manifieste tanto en Beijing como en Seúl facilitados

por la herencia de un pasado colonial nipón mal digerido que se

complementa con la confusión que rodea el atisbo de excusa planteada por Tokio en alguna ocasión en relación a su comportamiento

pasado. Por una parte se observa el desarrollo de China y de Corea

del Sur, y por otra, la debilidad de Japón, perjudicado por el reequilibrio que experimenta el poder regional. China da a entender a Japón

que se propone capitanear sin mesianismos, pero asumiendo las

consecuencias de las dimensiones de su territorialidad y el éxito de

su proceso. Terminó el período cuando Japón era visto como el líder

de la región y tomado como ejemplo a seguir por los demás. De esta

manera, el litigio territorial es tan solo la punta visible de otros procesos más profundos.  

Asia-Pacífico se

ha convertido en

la zona de mayor

vitalidad

económica del

mundo. Según el

Banco de

Desarrollo de

Asia, a mediados

del presente siglo,

la región

representará la

mitad de la

economía global

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Si las razones de ambas partes respecto a la titularidad de las islas

Diaoyu/Senkaku presentan fisuras, el derecho internacional tiende a

favorecer a aquel país que ha ocupado o tomado medidas de diverso tipo para mostrar y ejercer su soberanía. Eso explica el interés de

China en nombrar las islas, delimitar su perímetro, confeccionar

mapas idóneos, plantear demandas de reconocimiento ante

Naciones Unidas, etc. Con todo, no parece probable que China llegue

a admitir un arbitrio internacional, aunque pueda trasladar a organismos internacionales sus puntos de vista.

Una gestión de las diferencias por ambas partes que excluya la posición tradicional de aparcar la reclamación y centrarse en la obtención

de beneficios tangibles a través de la explotación de los recursos no

es aconsejable. Pero tampoco es fácil de materializar. Al parecer,

estuvo a punto de lograrse en 2008, frustrándose por algunas reacciones internas de signo nacionalista que siempre encuentran en

este asunto un filón electoral que perjudica seriamente la posibilidad

de garantizar que los acuerdos lleguen a buen puerto.

Ambos países necesitan con urgencia construir las bases de otro discurso, basado en el fomento de la confianza mutua y la cooperación

frente a retos comunes, empezando por las materias de orden humanitario como la respuesta conjunta a los accidentes marítimos o la

piratería. Ello hubiera sido posible en tiempos no muy lejanos. Hoy,

el cambio de la ecuación estratégica en la región lo aventura difícil,

pero no del todo imposible. Valga de ejemplo la experiencia de patrulla conjunta de China, Laos, Myanmar y Tailandia en el rio Mekong,

en marcha desde diciembre de 2011, y que ha servido para garantizar la protección del transporte de mercancías en una ruta plagada

de piratas.

A nadie le conviene un conflicto militar, pero la paz no se garantiza

sola. Shinzo Abe, durante su primer periodo de gobierno, visitó

China en 2006 para “romper el hielo” que petrificaba las relaciones

bilaterales. Frente a los pesimismos que tanto abundan, ahora podría

tener una segunda oportunidad. Sea como fuere, los litigios fronterizos no deben tomarse a la ligera, aunque afecten a territorios ciertamente minúsculos.

Por último, cabe señalar que el impacto de estas tensiones en la relación sino-estadounidense es cardinal y los riesgos estratégicos que

supone son claros. China pide a EEUU extrema prudencia a la hora

de abordar las cuestiones sensibles que afectan a los intereses vitales respectivos, pero el eco de sus peticiones parece débil. Dicha circunstancia explica también el renovado interés de China por

aumentar sus lazos con Rusia ante la preocupación por el despliegue

del escudo antimisiles de EEUU en Asia-Pacífico. También con India,

acelerando la resolución de los litigios fronterizos pendientes y faci-

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litando su acercamiento a la Organización de Cooperación de

Shanghái.

Asia-Pacífico se ha convertido en la zona de mayor vitalidad económica del mundo. Según el Banco de Desarrollo de Asia, a mediados

del presente siglo, la región representará la mitad de la economía

global. El PIB total del continente aumentará de los $16 billones en

2010 a los $148 billones en 2050. La importancia de los vínculos

que China y EEUU puedan establecer en Asia-Pacífico es tal que condicionará el tono general de su relación. Según prime un equilibrio

basado en el compromiso con el desarrollo de la región o el antagonismo militar, así crecerán las posibilidades o no de un conflicto

abierto entre China y EEUU. Japón y los demás países de la zona

debieran terciar para impedirlo.

Explicación:

..

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