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Respuesta:
El cielo rompía en llanto mientras una tribu de bastardos y barbaros invadían una pequeña aldea de un lejano reino que se encontraba en guerra, por ello no había quien defendiera esa pequeña población de mujeres, ancianos y niños. Terminada la masacre, solo se encontraba miseria en esa población y unas pocas personas que a simple vista parecían sin alma; por el aspecto lamentable de aquellas gentes cualquiera podría decir a simple vista que sus espíritus, quebrados estaban totalmente, hacía la diferencia una joven dama de piel blanca (no tan blanca por las cenizas de aquel siniestro atentado) y pelo negro, que en vez de mostrar lamentación o alguna queja o gemido, su rostro se presentaba arrugado, todo un insulto a su belleza, pero no le importaba, tanta era la ira e indignación de aquel encanto albino, mancillada por las injusticias de aquellos varones ambiciosos, tomó un cuchillo de cocina y se dirigió hacía la capital, escabulléndose en las altas cortes se presentó en el centro de todos los nobles, allí exclamó que aunque agradece ser afortunada al salir con vida de aquel horror, prefiere sucumbir a a seguir viviendo en tales condiciones por culpa de su rey. El cuchillo de cocina lo apunta hacia su gobernador, después lo pone en su propio cuello y deja en claro su mensaje.
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