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La historia de las pandemias es larga y en algunos casos tenebrosa, desde la peste negra en el siglo XIV que devastó una tercera parte de Europa, hasta la influenza H1N1 que mató a 18.000 personas en 2009. El actual avance del coronavirus en China y del dengue en América Latina, nos remonta a recordar los brotes infecciosos más resonados de los últimos años.
Los libros de historia destacan de la antigüedad dos pandemias mortales y tenebrosas. Por una parte la Plaga de Justiniano que mató a 25 millones de personas en tiempos del Imperio Romano de Oriente y de la floreciente Constantinopla. Su causa más aceptada es la misma de la otra pandemia que aterrorizó al mundo del siglo XIV, la Peste Bubónica o Peste Negra. Se trató de una bacteria mortal transmitida por las pulgas alojadas en las ratas, que mató entre 45 a 75 millones de personas en todo el mundo y que en Europa diezmó la población considerablemente.
Ya para el siglo XX la gripe española, justo después de la Primera Guerra Mundial, dejó cerca de 100 millones de víctimas mortales, cuatro veces más de lo que el VIH/sida, que a partir de 1981 fue considerada oficialmente como una epidemia de transmisión sexual, deja hasta nuestros días.
En lo corrido del siglo XXI ya han sido varias las propagaciones de virus que han puesto en jaque la salud mundial. Algunos son el SARS o Síndrome de Respiración Aguda, que entre 2002 y 2003 mató a cerca de 800 personas en Asia; la gripe A-H1N1 que cobró 18.000 vidas en el 2009; el mortal brote del ébola en África, y los temidos virus transmitidos por mosquito como el dengue, el zika y el chikunguña en América Latina.
En Historia de France 24 consultamos a Guillermo Gonzálvez, asesor epidemiológico de la Organización Panamericana de la Salud, entidad adscrita a la Organización Mundial de la Salud. Con él repasamos las más recientes epidemias del mundo, a propósito del avance del coronavirus en China y del dengue en América Latina.
Explicación:
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Durante los últimos 30 años han aparecido más de 30 enfermedades infecciosas nuevas o emergentes de diversa etiología, con un alto impacto en la salud tanto humana como animal que han causado un significativo cambio en los patrones de morbilidad y mortalidad a escala nacional o regional e incluso en el ámbito mundial, y se han convertido en pandemias. En el presente año se han notificado varios eventos de origen viral: En el mes de mayo, Arabia Saudita notificó un nuevo agente patógeno que afectó 24 personas, 16 de las cuales murieron (letalidad 59%). Adicionalmente, en un hospital adquirieron la enfermedad 13 personas. El agente corresponde a un nuevo virus del grupo Coronavirus, y se sospecha que los murciélagos frugívoros constituyen el reservorio del virus; la zona afectada por la dolencia corresponde a una extensa área agrícola dedicada al cultivo de frutas (dátiles). Un virus de la misma familia emergió en China, entre noviembre de 2002 y julio de 2003, se extendió por varios países, afectó más de 8.000 personas y causó la muerte a 775. El nuevo agente se conoció como SARS; los posibles reservorios señalados fueron: civetas de las palmas, tejones, murciélagos y gatos domésticos. Ninguno de los posibles reservorios de los cuales se aisló el virus presentó signos clínicos. A comienzos de marzo de 2013 se inició un brote de una enfermedad respiratoria en la ciudad china de Shanghái. El agente responsable se identificó como una nueva variante del virus de influenza aviar H7N9; en mayo del mismo año, habían muerto 31 de las 129 personas diagnosticadas con la nueva dolencia. Las investigaciones realizadas en muestras animales señalan una baja proporción de aislamientos. Solamente en 50 especímenes (de 50.000) analizados se logró aislar el virus. Los informes de la autoridad sanitaria indican que sólo en el 40% de los casos presentados hay evidencia de contacto con aves, lo que podría señalar la probabilidad de transmisión de persona a persona y la aparición de un virus pandémico. El nuevo virus ya superó las barreras geográficas, se notificó en Taiwán y Fujian. En 2011, se inició en Alemania un brote de una infección desconocida, bautizada como enfermedad de Schmallenberg, cuya etiología corresponde a un virus transmitido por vectores, clasificado dentro de la familia Bunyaviridae; la epidemia se diseminó por varios países de Europa, ocasionando pérdidas económicas por su efecto sobre la reproducción bovina y las barreras al comercio internacional. No se transmite a los humanos