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1. Derecho a la libre circulación
Este es el derecho que más se ha visto afectado. En España lo hemos vivido en primera persona con prohibiciones que van desde viajar a un país extranjero o incluso salir de nuestras propias ciudades, hasta limitaciones horarias de circulación en nuestro barrio.
2. Derecho a la libertad de reunión
Ligado al anterior, tampoco ejercemos este derecho de forma 100% libre. Aunque podemos seguir reuniéndonos a través de las nuevas tecnologías, no podemos hacerlo de forma presencial. Y, en determinadas fases de la desescalada (al menos en España) está permitido, pero extremando las precauciones.
3. Derecho a la privacidad
Aquí también hemos hecho concesiones. En un país donde la mayoría de la población está confinada es difícil delimitar la esfera pública de la familiar. Las personas que están teletrabajando han convertido sus hogares en oficinas. Y no es solo eso: también se ha visto afectada la protección de datos personales. Ejemplo de ello son las aplicaciones que en algunos países permiten recoger datos de geolocalización y que se están utilizando para estudiar la movilidad de la población.
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Derechos Humanos
Derechos Humanos y COVID-19: ¿un paso atrás?
20-05-2020 Lectura 3 Minutos
Mar Pérez-Olivares
Comunicación y contenidos
El coronavirus ha irrumpido en nuestras vidas de una forma que nunca antes habíamos conocido. Ha cambiado nuestra forma de relacionarnos, de trabajar, de ir a clase… Pero también ha afectado al ejercicio de nuestros derechos más fundamentales. Hoy hacemos un repaso sobre cómo ha afectado la COVID-19 a los Derechos Humanos.
COVID-19: Derechos Humanos en cuarentena
Si hace un año nos hubieran dicho que más de la mitad de la población mundial iba a estar confinada, seguro que pensaríamos que se trata de una estrategia de marketing de los productores de la última serie de moda. O el argumento de una superproducción de Hollywood. Es más, hace tan solo unos meses fueron muchas personas que se sorprendieron cuando conocieron las primeras medidas de confinamiento puestas en marcha por el gobierno chino a la población de Wuhan, pensando que era imposible llevar a cabo esa medida en países en los que la población tiene garantizadas sus libertades civiles. Cómo ha cambiado la película en tan solo unos meses…
Lo cierto es que el Derecho Internacional contempla la restricción de determinados derechos y libertades. Y esto es aplicable cuando existen serias amenazas a la salud pública o en un contexto de emergencia donde está en peligro la vida de la población, como es el caso de una pandemia global. Esto está recogido en los Principios de Siracusa y fueron aprobados en agosto de 1984 en esta ciudad italiana. Sí, está permitido… pero con condiciones. Estas se pueden resumir en tres palabras: deben ser legales, necesarias y proporcionadas.
• Tener base legal.
• Responder a un objetivo legítimo de interés general.
• En el contexto de una sociedad democrática, ser estrictamente necesarias para alcanzar el objetivo.
• No ser arbitrarias. Deben basarse en evidencias científicas y no aplicarse de forma discriminatoria.
• Tener una duración limitada y sujetas a revisión, siempre respetando la dignidad humana.
• Ser proporcionadas y, dentro de las opciones disponibles, lo menos intrusivas y restrictivas posible.
Tres derechos humanos afectados directamente por la COVID-19
1. Derecho a la libre circulación
Este es el derecho que más se ha visto afectado. En España lo hemos vivido en primera persona con prohibiciones que van desde viajar a un país extranjero o incluso salir de nuestras propias ciudades, hasta limitaciones horarias de circulación en nuestro barrio.
2. Derecho a la libertad de reunión
Ligado al anterior, tampoco ejercemos este derecho de forma 100% libre. Aunque podemos seguir reuniéndonos a través de las nuevas tecnologías, no podemos hacerlo de forma presencial. Y, en determinadas fases de la desescalada (al menos en España) está permitido, pero extremando las precauciones.
3. Derecho a la privacidad
Aquí también hemos hecho concesiones. En un país donde la mayoría de la población está confinada es difícil delimitar la esfera pública de la familiar. Las personas que están teletrabajando han convertido sus hogares en oficinas. Y no es solo eso: también se ha visto afectada la protección de datos personales. Ejemplo de ello son las aplicaciones que en algunos países permiten recoger datos de geolocalización y que se están utilizando para estudiar la movilidad de la población.
Niñas estudiando cuarentena COVID19
En menor medida tampoco ejercemos de la misma manera otros derechos como son los de libre culto, debido a la suspensión de los oficios religiosos. O la de libertad de expresión, con leyes y medidas de vigilancia para prevenir la difusión de bulos.
Situaciones excepcionales, requieren medidas excepcionales. Sin embargo, las organizaciones dedicadas a la defensa de los derechos humanos lo advierten. La pandemia de la COVID-19 no debe suponer un retroceso en las libertades civiles que tanto nos ha costado conquistar