Respuestas
Respuesta:
1. Revitaliza el interés de los habitantes por su cultura.
2. Otorga un valor añadido o de diferenciación en los destinos turísticos ya desarrollados o maduros.
3. Contribuye a atenuar o romper la estacionalidad en destinos cuya oferta principal se basa en productos de marcada estacionalidad (ej.: destinos de sol y playa).
4. Ofrece posibilidades para el desarrollo de pequeñas localidades o comunidades rurales que, ante el emerger de nuevas demandas turísticas, encuentran en el turismo cultural una oportunidad de desarrollo y diversificación de sus economías.
5. Fortalece el desarrollo de políticas y programas conjuntos entre el sector turístico y cultural.
6. Genera recursos para el mantenimiento, protección y mejora de los sitios de patrimonio.
7. Promueve la comprensión y entendimiento entre los pueblos, a partir de un conocimiento más profundo de la comunidad anfitriona por parte de los visitantes, y viceversa.
8. Recupera “viejos recursos para nuevos turismos”.
Aspectos negativos:
1. Provoca un proceso de “desculturalización” del destino (ej.: producción en serie de la artesanía y no haciendo uso de técnicas y materiales originales).
2. Genera un sentimiento de rechazo por parte de las comunidades visitadas cuando no se respetan los sitios sagrados o las costumbres del lugar.
3. Impulsa la mercantilización extrema de las tradiciones locales, despojándolas de su verdadero significado, convirtiendo la cultura local en un mero objeto de consumo.
4. Propicia, en ciertos destinos, un mercado negro de antigüedades o bienes del patrimonio artístico.
5. Origina un sentimiento de decepción o frustración por parte de los turistas cuando no se responde a sus expectativas “estereotipadas”.
6. Provoca la “aculturación” en la población receptora, al adoptar éstas normas y patrones culturales a través del contacto con turistas.