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Respuesta:
Lo básico que se necesita para hacer una representación teatral es: un espacio escénico, un intérprete, un espectador y una historia. Es conveniente también que haya un coordinador o director. Todos los demás elementos, como la escenografía, la música, etc. ... Cualquier área que sea utilizada para representar teatro.
Respuesta:
Piensa la historia: Cualquier guion parte de una idea y de una historia. Debes esperar a que te venga la inspiración, y a partir de aquí comenzar a desarrollar la trama de tu obra de teatro, y pasarla a tu guion.
Escribe la trama: Cuando escribas la trama no será todavía el guion, sino el comienzo de su desarrollo. Debes además dejar la puerta abierta para cambios y sobre todo para que puedas introducir nuevos elementos en tu historia.
Escribe una escaleta: Aquí ya comenzamos a estructurar nuestro guion de teatro. Debes elegir entonces si el texto está en dos, tres actos, o en un solo acto, si tiene o no prólogo y epílogo, cuantas escenas deseas hacer y cuál es su cronología. Además a cada escena ya le podemos asignar un título.
Escribe una escaleta detallada: Una vez tienes escrita tu escaleta, ahora debes hacer un resumen detallado de lo que debe suceder en cada escena. También será la oportunidad de escribir extractos de diálogos que seguramente luego es posible que vuelvas a cambiar.
Escribe los diálogos: Llegamos a uno de los puntos más importantes para escribir un guion de teatro. Quizás la idea de hacer los diálogos te asuste un poco, pero verás que después de todo el trabajo realizado hasta el momento, prácticamente los habrás escrito en tu cabeza. Solo tienes que tener cuidado de respetar algunas reglas: Un texto teatral (o cinematográfico) es hablado, no escrito.
Por otro lado, no expliques las cosas: A pesar de lo que uno pueda pensar, el público es mucho menos tonto y mucho más intuitivo de lo que podamos llegarnos a imaginar, así que abandona este miedo. Esto no significa que tenga que ser críptico, pero sí que debes pensar que el texto debe ser un pretexto para la representación.
Ten cuidado con la duración: La duración es un factor fundamental para un texto que pretende ser representado sobre un escenario. No es que el texto deba ser necesariamente corto sino que debe durar lo justo y necesario para que puedas expresar lo que deseas. Además, también tendrás que prestar atención a la duración de los componentes individuales como que si el texto es un solo acto orientado a no superar los 100 minutos. Si está en dos actos, debes hacer que el primer acto sea más largo que el segundo (por ejemplo, 50 min-30 min). Si está en tres o más actos, significa que los actos duran menos (esto dará la impresión de que su texto tiene un ritmo apremiante).
Ten en cuenta la orquestación: Cuando escribes un texto con varios personajes en una escena de teatro, siempre existe el riesgo de olvidar a alguien. Por ejemplo, si has introducido tres personajes en el escenario y dos de ellos mantienen un diálogo de cierta longitud, debes tener en cuenta que tendrás un tercero que permanecerá en silencio durante todo el tiempo. No es que no se pueda hacer, puede ser una opción. Sin embargo, si tomas esta decisión, debes hacerlo de manera consciente. También existe el riesgo de que un personaje aparezca con demasiada frecuencia o todo lo contrario.
Las consecuencias del hecho: Este es un punto fundamental para cualquiera que desee elaborar un buen guion. Cualquier texto, cinematográfico o teatral, que tenga razones para existir y que pretenda durar en el tiempo, nunca debe narrar un hecho, sino las consecuencias de un hecho. Este hecho debe ocurrir antes del tiempo narrativo o prácticamente al principio. Verás que es suficiente leer la infinita literatura teatral a tu disposición para darte cuenta de lo que te decimos como por ejemplo, cuando en Macbeth, el hecho es que las Brujas que encuentra el protagonista después de la batalla, le anuncian que se convertirá en rey. Sucede al principio y todo comienza desde allí.
La clave del giro: Obviamente, en todas las historias, hay un punto de inflexión. La narrativa conduce a un punto que parece no tener salida, de ahí la idea (es decir, la piedra angular), luego la implementación y las conclusiones. El problema es que esta piedra angular no debe llegar demasiado pronto o demasiado tarde. Si llega demasiado pronto, el final del espectáculo parecerá muy lejano al público, la obra parecerá larga, aunque breve y, por lo tanto, aburrida. Si llega demasiado tarde, el espectáculo parecerá inacabado, el final parecerá apresurado (y, por lo tanto, pretencioso). La clave es que aparezca e más o menos después de la mitad del texto. De este modo si tienes una obra con dos act el giro deberá producirse casi al final de la primera mitad.
esta respuesta NO ES MIA ES DE:
arcozsiemi
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