1. Define y diferencia los términos; desastre, pendiente del terreno y vulnerabilidad
Respuestas
Respuesta:
Estamos acostumbrados a oír indiscriminadamente los términos desastres, catástrofe, riesgo, vulnerabilidad, peligro, amenaza. Si bien es cierto todos tienen connotaciones negativas, en el imaginario de la gente, cada uno de ellos tiene un significado e implicaciones diferentes. Por ejemplo es muy distinto la gestión del desastre que la gestión de los riesgos, ya volveremos a esto.
Un desastre es una situación adversa causada por el impacto de un evento natural o por la incidencia del hombre, que durante un período de tiempo determinado causó daños y perjuicios al ambiente superiores a los que una comunidad pueda recuperarse por si sola. Cuando las pérdidas son menores, nos referimos generalmente a una emergencia. Cuando el evento es de gran magnitud, o tiene implicaciones fuera de lo normal, se le llama catástrofe. Hablamos de desastres cuando un evento potencialmente negativo ocurre a lo cual se le suma una variable de vulnerabilidad, y no existe una posibilidad real para evitarlo.
El riesgo es la probabilidad de que un evento natural, tecnológico o socio-natural ocurra en una sociedad con un alto nivel de vulnerabilidad y cause pérdidas humanas, de infraestructura, económicas, o financieras. El riesgo está compuesto por varios elementos, principalmente la amenaza o peligro (por ejemplo, tsunami, huracán, fuertes lluvias, accidente tecnológico, etc.), y los elementos expuestos, así como su nivel de vulnerabilidad ante un evento (por ejemplo, casas mal construidas, construcciones en los cauces de los ríos, sociedades carentes de redes de seguridad económica, etc.).
A diferencia del desastre, el riesgo se puede entender, estudiar, cuantificar y reducir para así tratar de evitar calamidades.[1]
Es por eso que una sociedad que quiera desarrollarse y salir de la pobreza tiene que tener políticas de gestión del riesgo (además de las políticas de gestión de desastres y atención a las emergencias) para evitar que las consecuencias de los desastres acaben con el progreso y el desarrollo de sus comunidades. Mediante la gestión del riesgo, estas comunidades pueden conocer las pérdidas probables a las que están expuestas, y así contar con la información necesaria que les permita planificar adecuadamente y tomar las decisiones necesarias para reducir el riesgo, y evitar la generación de nuevos riesgos. Asimismo, mediante la gestión de desastres, estas comunidades podrán responder eficientemente si los riesgos se convierten en desastres.
Es importante también mencionar que los desastres son siempre relativos. Por ejemplo, para una pequeña, población de apenas 50 personas, afectada por un evento adverso que destruye gran parte de la comunidad y su actividad económica, es un gran desastre para ese grupo humano. Sin embargo, es posible que no represente un