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26
Las 5 filosoficas:
Más mata una mala lengua,
que las manos de un verdugo:
el verdugo mata a un hombre,
y una mala lengua a muchos.
II
¿Para qué tantos dineros?,
y... ¿Para qué tantos bienes?,
si al fin te vas de este mundo,
lo mismo que al mundo vienes.
III
Lo que envenena a la envidia,
es ver que en torno tenemos;
cuanto para ser felices,
nos hace falta,
y no es nuestro.
IV
Por una chispa perdida,
se puede prender un monte;
por una sola palabra,
se pueden perder los hombres.
V
Nadie murmure de nadie,
que somos de carne humana;
y no hay pellejo de aceite,
que no tenga su botana.
Las 5 Religiosas:
COPLAS RELIGIOSAS
Sobre su tronco glorioso
muere la divina luz,
entre borbotones rojos.
.oOo.
Agachao y sin poder
llevas al hombro el madero,
siendo Tú el Gran Poder
te resignas padecer
tan manso como un cordero.
.oOo.
Ni rostro con tanta pena
ni pena con tanto asombro,
ni más amarga condena
que llevar sobre tus hombros
la cruz de pecados llena.
.oOo.
¡Ay que pena más desnuda!
bajo el peso del madero,
¡ay que agonía más larga!
de Jesús el Nazareno.
.oOo.
El pueblo se estremecía
viendo sufrir a Jesús,
el Cordero agonizaba
en el árbol de la Cruz.
Más mata una mala lengua,
que las manos de un verdugo:
el verdugo mata a un hombre,
y una mala lengua a muchos.
II
¿Para qué tantos dineros?,
y... ¿Para qué tantos bienes?,
si al fin te vas de este mundo,
lo mismo que al mundo vienes.
III
Lo que envenena a la envidia,
es ver que en torno tenemos;
cuanto para ser felices,
nos hace falta,
y no es nuestro.
IV
Por una chispa perdida,
se puede prender un monte;
por una sola palabra,
se pueden perder los hombres.
V
Nadie murmure de nadie,
que somos de carne humana;
y no hay pellejo de aceite,
que no tenga su botana.
Las 5 Religiosas:
COPLAS RELIGIOSAS
Sobre su tronco glorioso
muere la divina luz,
entre borbotones rojos.
.oOo.
Agachao y sin poder
llevas al hombro el madero,
siendo Tú el Gran Poder
te resignas padecer
tan manso como un cordero.
.oOo.
Ni rostro con tanta pena
ni pena con tanto asombro,
ni más amarga condena
que llevar sobre tus hombros
la cruz de pecados llena.
.oOo.
¡Ay que pena más desnuda!
bajo el peso del madero,
¡ay que agonía más larga!
de Jesús el Nazareno.
.oOo.
El pueblo se estremecía
viendo sufrir a Jesús,
el Cordero agonizaba
en el árbol de la Cruz.
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