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Respuesta:
La buena intención es no condenar, pero Dios no nos fuerza a ser salvados. Hemos sido creados con libertad de elección. Eso significa que podemos hacer tanto malas elecciones como buenas. Si miro las 24 horas pasadas, ¿Dónde he elegido con sabiduría y dónde no?
Eugene H. Peterson era un ministro y teólogo presbiteriano que, parafraseando el Nuevo Testamento traducía en un ‘sentido por sentido’ en vez de ‘palabra por palabra’. Su paráfrasis de la primera línea del segundo párrafo de arriba es iluminadora. “Esta es la crisis que tenemos en la luz de Dios que ilumina el mundo, pero los hombres y mujeres en todas partes corren hacia la oscuridad. Fueron por la oscuridad, porque no estaban realmente interesados en complacer a Dios. Cada persona que tenga como práctica hacer el mal, adicta a la negación y a la ilusión, odia la luz de Dios y no quiere acercarse a ella…. Pero quien trabaja y vive en verdad y realidad, recibe la luz de Dios para que el trabajo sea visto como el trabajo de Dios”.
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Jesús dijo a Nicodemo: "Recuerden la serpiente que Moisés hizo levantar en el desierto: así también tiene que ser levantado el Hijo del Hombre, y entonces todo el que crea en él tendrá por él vida eterna. ¡Así amó Dios al mundo! Le dio al Hijo Único, para que quien cree en él no se pierda, sino que tenga vida eterna. Dios no envió al Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que se salve el mundo gracias a él. Para quien cree en él no hay juicio. En cambio, el que no cree ya se ha condenado, por el hecho de no creer en el Nombre del Hijo único de Dios. Esto requiere un juicio: la luz vino al mundo, y los hombres prefirieron las tinieblas a la luz, porque sus obras eran malas. Pues el que obra el mal odia la luz y no va a la luz, no sea que sus obras malas sean descubiertas y condenadas. Pero el que hace la verdad va a la luz, para que se vea que sus obras han sido hechas en Dios".
Juan 3:14-21
Reflexión
La buena intención es no condenar, pero Dios no nos fuerza a ser salvados. Hemos sido creados con libertad de elección. Eso significa que podemos hacer tanto malas elecciones como buenas. Si miro las 24 horas pasadas, ¿dónde he elegido con sabiduría y dónde no?
Eugene H. Peterson era un ministro y teólogo presbiteriano que, parafraseando el Nuevo Testamento traducía en un ‘sentido por sentido’ en vez de ‘palabra por palabra’. Su paráfrasis de la primera línea del segundo párrafo de arriba es iluminadora. “Esta es la crisis que tenemos en la luz de Dios que ilumina el mundo, pero los hombres y mujeres en todas partes corren hacia la oscuridad. Fueron por la oscuridad, porque no estaban realmente interesados en complacer a Dios. Cada persona que tenga como práctica hacer el mal, adicta a la negación y a la ilusión, odia la luz de Dios y no quiere acercarse a ella…. Pero quien trabaja y vive en verdad y realidad, recibe la luz de Dios para que el trabajo sea visto como el trabajo de Dios”.
Este Evangelio destaca la importancia de la fe y es muy consolador. Todos los que creemos en Jesús, que murió y resucitó para nosotros, tienen la vida eterna. Dios envió a su Hijo al mundo para que pudiera ser salvado, y no para condenarlo. Jesús es la clave de la salvación.
Todas las bendiciones que anhelamos están contenidas en Cristo. Somos proclives al error y al pecado. Pero la misericordia y bondad de Dios hacia nosotros siempre nos rescata.
Creer en Jesús es una luz, una luz que nos ilumina a nosotros y todo nuestro entorno. Y, sin embargo, algunos prefieren vivir en la oscuridad, que es una indicación de que están cerrados, tal vez debido al pecado. Tales personas no quieren la luminosidad de la fe, que les puede mostrar sus errores.
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