• Asignatura: Castellano
  • Autor: agudeloyohan026
  • hace 4 años

consulta la leyenda regional" la viudita alegre" ayudaaaaaaaa porfa doy puntos ​

Respuestas

Respuesta dada por: daniel619524
2

Respuesta:

La épica colonial es aquella que por tratar el tema de la conquista, por el lugar de nacimiento del autor, el lugar de redacción, o el de publicación de la obra, está vinculada a América en los siglos de la dominación española, del xvi al xviii.


agudeloyohan026: bro tu comentario no ayuda
EsTuDiANTe2021J: Con traje que cubre hasta los pies y sobre el un manto grande, ambos de color de una noche tormentosa y cuando la luna está verde o sea en luna nueva hacía su aparición en la esquina, entre las calles Arequipa y Grau una señora de pequeña estatura que afirman se presentaba vestida de blanco. A veces se le ocurría pasear por las calles, acercándose a algún parroquiano o dejar que se le acerquen a ella; otras veces, ya rendida parece que iba a recuperar fuerzas sentándose en una banca del Parque.
EsTuDiANTe2021J: En cierta oportunidad la señora encontró a don Bartolomé Chamaya en su casa de la calle Santa Clara, en paños menores, porque hacía mucho calor, don Bartolomé estaba en el quicio de la puerta de su casa. La mencionada dama lo invitó para que la acompañara. Aquel no esperó segunda petición
EsTuDiANTe2021J: y fue del brazo de ella. Pero después de haber caminado unos cuantos metros, el afortunado personaje se dio cuenta que don Chamaya iba en traje de Adán y con justicia tuvo temor. Las mujeres se cuidan hasta después de muertas.
EsTuDiANTe2021J: Cuentan que cuando la mencionada mujer se veía muy sola, echaba a llorar con tanto sentimiento que parecía una criatura. En otra ocasión dicen que don Miguel J. Egart a quien llamaban cariñosamente el Zambo Egart se encontraba tomando licor en una tienda y al verse mareado salió para irse a su casa y al pasar por el parque vio a una señora sentada en una banca y para él fue todo un paraíso en esos momentos al verse los
EsTuDiANTe2021J: dos solitos, Egart acercándose le preguntó a la señora ¿qué hacía allí?, y si deseaba que la acompañara, empezando a llover los piropos y tantas
EsTuDiANTe2021J: cosas lindas por el zambo Egart que le seguía enviando palabras amorosas. Llegando al tamarindo rumbo a la Alameda y no la podía alcanzar y al darse cuenta adonde se dirigía nada menos que al cementerio; el zambo Egart sacó su revólver y disparó cinco tiros a este personaje invadido por un frío extraño, el valiente regresó decepcionado, levantándose muy temprano para componer el cuerpo con un guaracazo
EsTuDiANTe2021J: de yonque, juntos con sus amigos a quienes narró lo sucedido y ellos le informaron que era «La Viuda Alegre». Seguía la chupeta y las composturas
EsTuDiANTe2021J: de cuerpo en las madrugadas como de costumbre; el macho Egart enfermó y no duró ni cuatro días más. Se fue en pos de ella Y como la señora encontró su otra persona, se encuentra satisfecha y dejando a los lechuzones hacer sus correrías sin molestias.
EsTuDiANTe2021J: me toco fraccionarla y cambiar sinonimos porque tenia palabras ofensivas que te sirva
Respuesta dada por: paoabrahamer
4

Respuesta:

Martín era un muchacho bastante tímido y reservado, que casi nunca salía de su casa. Pero aquella noche, sus hermanos lo convencieron de ir con ellos a un baile que se celebraba en el pueblo. Cuando llegaron todo era música y algarabía. Los parientes de Martín no tardaron en sacar a bailar a unas jovencitas, más él se quedó en un rincón, aburrido y con ganas de marcharse.

Fue en ese momento cuando una mujer muy atractiva se le acercó. Tenía ojos grandes y negros como su cabello, una piel blanca como la leche y una linda sonrisa.–¿Por qué estás aquí tan solo? ¿No te gusta bailar? —le preguntó.

—No, la verdad es que solo vine para acompañar a mis hermanos.

—A mí tampoco me gustan mucho las fiestas, ¿vamos afuera para platicar?

Martín aceptó, entusiasmado porque era la primera vez que conversaba con una joven tan atractiva. Charlaron por horas, rieron y él se sintió enamorado de aquella bella desconocida. Luego, repentinamente se besaron y él se dijo que aquella era la mejor noche de su vida.

—Ya va a ser medianoche y tengo que regresar a casa —dijo ella.

—Yo te llevaré, a estas horas no es seguro que una señorita ande sola por el camino.

Subieron los dos al caballo de Martín y tan pronto como la mujer estuvo en la silla de montar, el equino se puso a relinchar nervioso, como si le hubiera caído encima alguna clase de alimaña. El muchacho intentó controlarlo y se disculpó por el temperamento del animal.

—No te preocupes. Llévame al cementerio por favor, que ahí es donde está mi casa —le dijo ella.

—¿Al cementerio? Pero si ahí no hay nada más que tumbas.

La chica insistió y Martín se dirigió hasta el camposanto, pensando que tal vez la muchacha vivía por el rumbo. Durante el camino, un silencio espectral se hizo entre ambos. El joven quería hacer conversación pero cada vez que intentaba decir algo, las palabras morían en su garganta y se impedía voltear; como si algo dentro de sí le advirtiera que siguiera con la vista en el camino.

Finalmente, a lo lejos, divisó el cementerio.

—Ya vamos a llegar, ¿quieres que te acompañé hasta tu puerta?

Por toda respuesta, la chica emitió un grito lastimero y aterrador, que paralizó por completo a su acompañante. Sudando frío, Martín miró por encima de su hombro… y se dio cuenta de que detrás de él ya no montaba su amada, sino un esqueleto con ojos de fuego, que reía de forma gutural.

El caballo volvió a encabritarse y Martín cayó al suelo, aterrado. Lo último que vio antes de quedarse inconsciente, fue al espectro alejándose con rumbo al cementerio. Sin saberlo, había conocido a la Viuda Alegre, un ser que salía de su tumba todas las noches para matar a los inocentes de un susto.

Cuando sus hermanos lo encontraron a la mañana siguiente, tirado en el camino, no había nada que hacer. El pobre estaba muerto.


paoabrahamer: Me regalas 1 coronita porfavor
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