• Asignatura: Historia
  • Autor: cinthyamabel0703
  • hace 3 años

¿Qué pasa si no oramos por los padres?


cinthyamabel0703: porfa ayuda
toxica1999: padres de inglesia?
cinthyamabel0703: si
toxica1999: ok
toxica1999: creo que para que dios los cuide y los proteja agradeciendo por todo lo que hacen por nosotros
toxica1999: no me acuerdo muy bien
toxica1999: lo siento
cinthyamabel0703: gracias

Respuestas

Respuesta dada por: Galleta1098
2

Respuesta:

El padre nuestro o padrenuestro[1]​ (en latín, Pater Noster) es la oración cristiana por excelencia y elaborada por Jesús de Nazaret según relatan el Evangelio de Mateo (Mt 6, 9-13) y el Evangelio de Lucas (Lc 11, 1-4). Aunque haya diferencia en la descripción de las circunstancias y en el estilo del texto de la oración en ambos autores suelen coincidir en las premisas de las peticiones.

Representación del episodio del Sermón del Monte en el que, según el Evangelio de Mateo, Jesús de Nazaret dio a conocer el texto en el que se basa la oración del padrenuestro. Obra de Carl Heinrich Bloch, conservada en el Nationalhistoriske Museum på Frederiksborg Slot, Castillo de Frederiksborg, Dinamarca. Al igual que el resto del evangelio y de los escritos del Nuevo Testamento, el padrenuestro en su versión original conservada fue escrito en una forma dialectal del griego, la koiné, llamada también griego alejandrino, helenístico, común, o «griego del Nuevo Testamento». La koiné fue la lingua franca o lengua internacional del Mediterráneo oriental desde el período helenístico, y también la lengua de difusión del cristianismo.

El padrenuestro es considerado[2]​ la oración cristiana común por excelencia por las confesiones mayoritarias; para las Iglesias católica, ortodoxa, anglicana y protestantes, es el modelo de oración cristiana.[3]​

Padre nuestro, que estás en el cielo,

santificado sea tu Nombre;

venga a nosotros tu reino;

hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.

Danos hoy nuestro pan de cada día;

perdona nuestras ofensas

como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden;

no nos dejes caer en la tentación,

y líbranos del mal.

Catecismo de la Iglesia Católica. Cuarta parte. Sección segunda.[4]​

Explicación:

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