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Respuesta:
El artículo parte de una serie de constataciones sobre la creciente atención prestada a las memorias del pasado reciente, especialmente en sociedades que han sufrido períodos de violencia política, dictaduras y guerras civiles. Analizando el momento de la instalación de las marcas institucionales, territoriales y simbólicas (entendidas como expresiones producidas por actores y movimientos sociales diversos y por políticas estatales que responden a las demandas de estos actores sociales), se observa cómo las memorias del pasado reciente, de sufrimiento y violencia política, actúan como estímulo de un sinnúmero de rituales, producciones culturales y de búsquedas de interpretaciones y explicaciones. El artículo pretende poner en cuestión algunos de los supuestos y sobreentendidos básicos implícitos en el “deber de memoria”: indagar en torno a la relación entre memoria y justicia, entre memoria y democracia, y entre preservación-conservación y transmisión. Al analizar estas relaciones, el trabajo se propone reubicar las memorias en el contexto de estructuras y procesos sociales más amplios y de más larga duración, ligados centralmente a la persistencia de múltiples desigualdades sociales y a la relación entre memoria y presente político. Para ello, se analizan algunos procesos institucionales estatales, en el plano simbólico y en el ámbito de la educación y la transmisión, con el objetivo de presentar algunas situaciones que permiten repensar y plantear nuevas preguntas sobre la relación entre memoria y democracia.
Explicación:
dame corona si te ayudo