Respuestas
SOCRATES: Ciertamente, Critias, concederemos su petición, y concederemos por igual con anticipación a Hermócrates, así como a usted y Timeo; yo no tengo ninguna duda que cuando llegue su turno dentro de un rato, él haga la misma petición que usted ha hecho. En orden entonces, de que él puede proveer por sí mismo un nuevo comienzo, y no ser obligado a decir las mismas cosas una vez finalizado lo suyo, déjelo entender que la indulgencia es concedida ya por anticipado a él. Y ahora, amigo Critias, anunciaré a usted el juicio del teatro. Ellos son de opinión que el ejecutante último era maravillosamente exitoso, y que usted necesitará mucha indulgencia antes de que pueda tomar su lugar.
HERMOCRATES: La advertencia, Sócrates, que a usted le ha dirigido, también debe llegarme. Pero recuerde, Critias, que un corazón débil nunca ha conquistado un trofeo; y por esto usted debe enfrentar el argumento como un hombre. Primero invoque a Apolo y a las Musas, y a continuación oigámosle sonar las alabanzas y mostrar las virtudes de los ciudadanos antiguos.
CRITIAS: Amigo Hermócrates, usted, que se coloca por último y tiene otro delante de usted, no ha perdido el corazón aún; la gravedad de la situación pronta será revelada a usted; mientras tanto, acepto sus exhortaciones y estímulos. Pero además de los dioses y de las diosas que usted ha mencionado, invocaría especialmente a Mnemosyne; pues para toda la parte importante de mi discurso dependo de su favor, y si puedo recolectar, y recitar bastante lo qué fue dicho por los sacerdotes y traído por Solón, no dudo que satisfaré las exigencias de este auditorio. Y ahora, no habiendo más de excusa, procederé.